La carrera de Jorge Gómez, conocido en el mundo del BMX como ‘Viki’, apodo que le dieron por su parecido con un dibujo animado, comenzó a temprana edad. A los siete años le regalaron una bicicleta BH California, y más tarde vio la película The BMX Bandits, que fue la introducción a esta disciplina en su natal España.
“Creíamos que la bici de la película no era real. A esa edad conocí la disciplina, pero a los 14 veía muchos chicos practicar en un parque de Madrid. Me hice su amigo y me inicie en el deporte. Poco a poco fui transformando esa bicicleta, compraba las piezas de segunda mano, pues las bicis venían de Estados Unidos y costaban 2 mil dólares. Tardé dos años, pero a los 16 ya tuve mi primera bici decente”. Hoy, diseña bicicletas para una marca japonesa.
En 1998 participó en el Campeonato de España, mismo que ganó junto con el campeonato del mundo en categoría Experto. Ahí descubrió que le gustaba competir y estar frente al público. A partir de ahí, siguió concursando y ganó la categoría Master para convertirse en profesional.
A los 21 años se coronó en los X-Games europeos y del 2001 a esta fecha ha conseguido seis veces el título de campeón del mundo. Ahora sólo participa en el campeonato más grande que se realiza en Japón y se está preparando para el próximo año, este quedo en cuarto.
RECOMENDAMOS
Relata que es conocido por hacer todos los trucos durante sus participaciones, y que ahora está enfocado en un “nuevo estilo”, al que llama ‘la era flip’, girando la rueda de frente o de atrás.
Hace tres años, a sus 35, descubrió que la edad le afecta y ahora practica yoga para no perder elasticidad y disminuir lumbalgia, que es uno de los padecimientos más sufridos por estos atletas.
“De cuatro a cinco días a la semana, practico entre una y tres horas, pero lo más importante es ser creativo y paciente. La paciencia es uno de los entrenamientos más duros que hay”.
A lo largo de su carrera ha sufrido lesiones de espalda, dolor muscular, fractura de dos costillas al caer sobre la bicicleta, y ahora padece de epicondilitis, padecimiento conocido como codo de tenista: “es un dolor continuo. Perdí forma física, pero ahora estoy recuperándome”, explicó.
A parte de las lesiones, compartió que “lo más frustrante es no progresar, como cuando quieres sacar trucos y ves que te estancas, pero cuando no hay creatividad tienes que ser disciplinado y seguir intentando. Mantener la motivación y la disciplina mental es lo más difícil, pero lo mejor que me ha dejado este deporte es viajar por el mundo, hacer lo que me gusta y los momentos en que me han dicho que mi pasión motive a otros”.
Ahora no le interesa ganar sino poder sacar los trucos con los que siempre ha soñado, llevarlos al campeonato y disfrutar compitiendo.