El toro de la ganadería de Rancho Seco lidiado en quinto lugar, de nombre Majadero, fue lo más destacado esta tarde en la Plaza México. Se lidiaron un total de cinco astados de dicha ganadería, debido a que fue devuelto el segundo de la tarde, de nombre Intruso, que se lastimó al saltar al callejón, por lo que en su lugar salió un sobrero de Pastejé.
La corrida fue dispareja en su presentación, pero tenía edad y trapío, por lo que algunos toros fueron aplaudidos al salir al ruedo, especialmente el primero, de nombre Bailador, con el que confirmó su alternativa el diestro venezolano Jesús Enrique Colombo, quien esta tarde estuvo ataviado con un traje gris pizarra y oro.
Ese primer toro le permitió estar a gusto, toreando muy asentado y por encima del toro, que lamentablemente fue débil y carente de transmisión, al que despachó de una estocada tras dos pinchazos. En su segundo, de nombre Psicólogo, se sobrepuso a la fuerte lluvia y a las difíciles condiciones del ruedo, exponiendo en banderillas y toreando bien por ambos pitones a media altura, hasta que el toro se rajó, alargando en demasía la faena. En síntesis, Colombo tuvo una actuación que gustó al público capitalino, pues conecta muy fácil con la concurrencia y es variado con capote, banderillas y muleta.
El primer espada, Angelino de Arriaga, quien fungió como padrino de la ceremonia de confirmación, vestido de verde manzana y oro, se enfrentó en primer lugar a Pitiador de Pastejé, al que había que exponerle mucho para imponerse, lo que prefirió no hacer, optando por lidiarlo por la cara y pasaportarlo mediante una estocada horrorosa, sumamente caída y trasera.
El segundo de su lote, de nombre Majadero, fue sin duda el mejor de la tarde, pero inexplicablemente tardó en aprovechar las cualidades del toro, además de que prefirió dar más importancia a sus posturas que al verdadero toreo, sobreactuando mucho su quehacer, a fin de tratar de impresionar al público e inclusive lograr que fuera indultado.
El toro fue bravo y noble por ambos pitones, y estuvo notoriamente por encima de su lidiador, mereciendo la vuelta al ruedo tras ser estoqueado por Angelino, quien dio una vuelta al ruedo prácticamente por su cuenta.
El tercer espada, Juan Pedro Llaguno, vestido de azul rey y oro, pechó con el peor lote del encierro. En su primero, de nombre Mochilero, tuvo un lucido tercio de banderillas, pero resultó un toro débil que se quedaba corto. Pese a ello, por ahí dejó un par de pinceladas del arte que atesora, especialmente en el toreo por bajo.
Su segundo, de nombre Reproche, fue el lunar del encierro, pues era distraído y se frenaba mucho, aunque pegó algún trincherazo de mucha calidad. En ambos toros estuvo desacertado con la espada.
Esta tarde se otorgó el premio “la banderilla de oro”, por parte de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, que estuvo representada por los matadores Francisco Dóddoli y Juan Luis Silis, resultando ganador Angelino de Arriaga, quien logró el mayor voto popular.
Probablemente el primer par a su segundo toro, corriendo hacia atrás, fue el que le hizo ganar el trofeo, pero indudablemente fue Jesús Enrique Colombo quien se vio más seguro y efectivo en el tercio de banderillas toda la tarde.
Finalmente, hay que señalar que el picador Carlos Domínguez, el Gordo de Iztapalapa, sufrió una fractura en el codo derecho al sufrir un tumbo propiciado por el toro Pitiador de Pastejé, siendo sustituido en ese mismo toro por otro picador, lo cual sucede muy ocasionalmente.
FCM
