Toño Pérez tiene apenas 10 años, vive a escasos kilómetros de la frontera que divide a México con los Estados Unidos. Sus sueños son color blaugrana y están, por ahora, en El gringo, pero a diferencia de muchos y por suerte, cruzar no es un problema, al contrario, es el pan de cada día.
“Es una dinámica que tenemos casi todos los tijuanenses, cruzar la frontera con San Diego es muy común, yo nací y crecí en Tijuana. La frontera es muy grande, una frontera que cruzas rápido con un programa que se llama SENTRI, viajeros confiables y frecuentes, y cruzas en 20 minutos”, nos cuenta Antonio Pérez, padre de Toño.
Una mochila con espinilleras, ropa para entrenar, el visado estadounidense más el SENTRI y el balón bajo el brazo. Equipados, Toñito y su familia recorren 33 kilómetros resumidos en 45 minutos en coche de Tijuana hasta la puerta del Barça Academy de San Diego.
“¡Mi hijo ha sido seleccionado en Baja California y ahorita está jugando en el Barcelona!”, dice el orgulloso padre, es “de los mejores que llegó a San Diego no hay otro club yo creo, a excepción del LA Galaxy y vale la pena” el esfuerzo.
Vistió la camiseta del Cruz Azul desde muy temprana edad, sin embargo, la llegada de la escuela del Barcelona a los Estados Unidos cambió todo para la familia Pérez, no solo era cruzar la frontera para que su hijo jugara con la camiseta culé, sino formarse con la misma metodología de sus grandes estrellas y aprender los valores de La Masía representados en la humildad de Iniesta, o el esfuerzo de Xavi, pasando por la ambición de Messi o el respeto de Puyol. El trabajo en equipo es la virtud que hasta ahora destaca sobre cualquier otra.
“Llegamos a Barcelona y al niño si lo he visto con superación, con más confianza en él, más felicidad y como que tienen más química, es lo que les digo a los papás, que en éste equipo de San Diego tienen mucha química los niños que es muy bueno para ellos para que sigan adelante”.
MÉXICO SE ESTRENA
Marco es de Guanajuato pero vive en Puebla. Siempre ha soñado con llegar a ser como su gran ídolo, Gerard Piqué. Jugaba futbol en el equipo de La Salle cuando, hace aproximadamente un año, se enteró que el Barcelona abriría en septiembre la primera escuela oficial de futbol formativo en la Angelópolis.
Han transcurrido unos meses de esa noticia y hoy, con tan solo 12 años de edad ya juega sobre el césped en el que día a día entrena el catalán. Marco es uno de los representantes de la escuela poblana del Barcelona, debutante en la octava edición del Barça Academy World Cup.
“Me siento con mucha emoción, porque es un torneo internacional, donde hay muchas escuelas y puedes conocer amigos de todas partes del mundo”, comentó Marco.
Más de dos mil niños y niñas entre los 6 y 14 años de edad se dieron cita en las instalaciones de la Cuidad Deportiva Joan Gamper y el Mini Estadi. El evento cuenta con la participación de las 188 academias del Barcelona alrededor del mundo.
“El futbol club Barcelona considera a México como un punto importante a nivel estratégico, a nivel mercado, a nivel profesional, y sí, hay proyectos de abrir más escuelas en los estados, el nivel mexicano nos ha sorprendido gratamente, es un país al que le gusta el futbol al 90 por ciento de hombres y mujeres, y la verdad es que nivel hay", asegura Iván Cuevas Muñoz, director del Barça Academy en Puebla.
Además de dotar a los jóvenes de los conceptos básicos del balompié, el Barcelona busca transmitir valores que a futuro ayuden a los pequeños a afrontar los retos.
“Te enseñan diferentes cosas, además de jugar te enseñan valores, lo que tienes que hacer para ser buena persona en el futuro. Respeto, humildad, ambición”, dice Marco, quien recuerda su etapa en la otra escuela y asegura que “con la gente del Barcelona es diferente, porque tienes más compañerismo con los demás, juegas en grupo, hay unas escuelas donde te enseñan a andar tu solito y aquí en el Barça te enseñan el compañerismo y todo eso”.
JG
TAGS RELACIONADOS:
