Nos remontamos al 12 de julio de 1979. La década de los setenta de la música disco llegaba a su fin y los aficionados al rock tenían una guerra declarada contra el género que había dominado la cultura en Estados Unidos en esa época. Aquel día se programó doble función en el Comiskey Park de los White Sox que se enfrentaban a los Tigers de Detroit y como no había sido la mejor temporada en cuestión de convocatoria al estadio, como solía ser tradición de la directiva, se idearon dos promos para esa jornada.
Una era que los adolescentes podían entrar a mitad de precio y la otra fue conocida como la Disco Demolition Night, organizada junto a Steve Dahl de la estación de radio WLUP y conocido en el movimiento anti disco. Aquellos que llevaran un álbum del género pagarían solo 98 centavos. La dinámica consistía en que todos los viniles se iban a destruir entre ambos juegos.
Si bien había miedo porque la promo no funcionara ya que los números de espectadores estaban a la baja incluso un día antes de los juegos, no solo fue sold out, 20 mil personas se quedaron fuera del parque. La capacidad era para poco más de 44 mil personas, contrataron seguridad para recibir a 35 mil y al final una marea de más de 50 mil aficionados o quizá no aficionados al beisbol se avasallaron sobre el recinto, algunos se colaron.
El día terminó en desastre, alboroto y violencia. Entre juegos la explosión de la caja con disco al unísono de un canto “Disco Sucks” se escuchó, pero de inmediato los espectadores empezaron a invadir el diamante. De por si durante el primer duelo los jugadores se tuvieron que proteger de más con cascos porque desde la tribuna tiraban de todo. Se salió de control, 39 personas fueron arrestadas y el segundo duelo fue cancelado y se le dio la victoria a los Tigers. Fue un hecho cultural histórico en Chicago y todo por el odio de algunos a la música disco.
FCM
