A propósito de que en las finales 2020 de la NBA el destino quiso que fueran rivales, recordemos que hubo una década en que Pat Riley se lo dio todo a la franquicia de Los Angeles Lakers y viceversa. Cuatro de sus anillos como head coach fueron con la franquicia de la costa oeste, el último de ellos en 1988 ante los Pistons de Detroit, donde desfilaban nada más y nada menos que Isiah Thomas, Adrian Dantley y un joven Dennis Rodman. Después de dos finales anteriores ante los Celtics de Boston, se agradecía la novedad de rival en aquel junio de hace 32 años.
Vale la pena recordar que el legendario entrenador no solo consiguió cinco anillos de campeonato desde el banquillo, el quinto en 2006 con Miami, también fue campeón como jugador en 1972 y como asistente de coach en 1980. Aquel verano del 88 se convirtieron en los primeros campeones en repetir título en 19 años, Pat Riley le había prometido durante el desfile de celebración un año antes a la afición otro Larry O'Brien. A pesar de que no tuvieron la marca arrasadora de victorias del 87 y todos los equipos de la liga se empeñaron en eliminarlos, los Lakers lo traían en el ADN y fueron imparables en playoffs.
Al final fue lo mejor que pudo hacer, esa presión y obligación a ganar fue clave para jugadores como Kareem Abdul Jabbar y Magic Johnson. Las finales fueron conquistadas por los Lakers que vencieron 4-3 a los Pistons y tras ganar 108-105 el séptimo juego donde Isiah Thomas había quedado tocado del tobillo después de lastimarse en el juego seis donde dio una de las mejores actuaciones de su carrera. Fue el último anillo de una de las mejores dinastías de la historia de la duela. Un año después Riley sería nombrado coach del año por primera vez, pero tras ser eliminado de los playoffs por los Suns renunciaría a su cargo.
RGS
