Persistente defensor de los pueblos indígenas, el sociólogo Rodolfo Stavenhagen murió a los 84 años. La noticia de su muerte la confirmó El Colegio de México, institución en la que cifró buena parte de su trayectoria académica.
Dedicó buena parte de su vida a la promoción y defensa de los derechos humanos. Esa labor la asumió como consigna personal y la ejerció en distintas instituciones: fue Relator Especial de la ONU para los Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, presidente del Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina, presidente fundador de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, entre varios más.
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Profesor e investigador emérito del Colmex y fundador del Centro de Estudios Sociológicos, Stavenhagen nació en Fráncfort, Alemania, en 1932. Sin embargo, en el bélico 1940, cuando el conflicto de la Segunda Guerra Mundial se recrudeció, tuvo que abandonar su patria.
Tenía por entonces ocho años y muy probablemente no estaba preparado para encarar al nuevo mundo, el mismo que algunos años más tarde se convertiría en su pasión absoluta.
Hombre de academia, se graduó de la Universidad de Chicago en 1951, de la Escuela Nacional de Antropología e Historia en 1959 y se doctoró en sociología en la Universidad de París en 1965.
No obstante, su trayectoria institucional no culminó ahí. Muy pronto cambió el pupitre por la cátedra: fue profesor visitante en las universidades de Harvard y Stanford y en la Universidad de Paris. Además, impartió innumerables conferencias en otras universidades de todo el mundo.
En 1965 publicó uno de sus textos capitales: Siete tesis equivocadas sobre América Latina, un artículo en el que planteó la reelaboración de afirmaciones erróneas que explicaban con ambigüedad el subdesarrollo en América Latina. Más de 50 años después, sus propuestas se siguen discutiendo en aulas y foros.
Condecorado en 1997 con el Premio Nacional de Artes y Ciencias, resumió su interés en los conflictos étnicos, la sociología agraria y los movimientos sociales. “Sus investigaciones serán siempre necesarias en el reconocimiento de los pueblos indígenas”, escribió el secretario de cultura, Rafael Tovar y de Teresa en su cuenta de Twitter.
Fue también un crítico riguroso de los procesos culturales: " Los problemas de México están anclados en la desigualdad, en la pobreza, en la corrupción y en la impunidad, y ahí las políticas culturales tienen un papel", le dijo a Erandi Cerbón en una entrevista publicada en las páginas de Notivox en noviembre de 2014.
Stavenhagen, el coleccionista de pasado
Durante cuatro décadas, Kurt y Lore Stavenhagen —padres de Rodolfo— se dedicaron a reunir una nutrida colección de piezas prehispánicas que alcanzó los dos mil ejemplares. Heredero de ese tesoro ancestral, en 2011 Rodolfo donó 504 de esas piezas a la UNAM para conformar el acervo del Museo de Tlatelolco.
La Colección Stavenhagen de arte prehispánico expone la vida cotidiana de los ancestros mexicanos a través de sus objetos —piedras talladas, barro moldeado con maestría—. En palabras de Raquel Tibol, las piezas que conforman esa colección muestran el "desborde erótico" de las civilizaciones prehispánicas que sólo la familia Stavenhagen supo reunir con una precisión singular.
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