A raíz de una crisis de Estado por la lucha armada contra el crimen organizado, el desplazamiento de comunidades y su sometimiento para trabajar con los cárteles de drogas, aunado a la desaparición forzada, el cineasta poblano, Joshua Gil, presentó su segundo largometraje "Sanctorum", el cual cerró la Semana Internacional de la Crítica en Venecia y que se desplazará en próximas fechas al Festival Internacional de Cine de Morelia; asimismo, este proyecto reflexiona sobre la invisibilización de los pueblos indígenas y la violencia por la que transita la sociedad mexicana, la cual, según el realizador, "no podemos ignorar".
En entrevista con Notivox Puebla, el cineasta expuso que tras su opera prima "La Maldad", que se proyectó en el Berlin International Film Festival en 2015, su contexto personal lo llevó a la realización de "Sanctorum", la cual aborda la historia de un niño mixe y su madre, cuya comunidad es obligada a trabajar para el crimen organizado; en medio de la violencia cotidiana, la mujer desaparece y entonces el menor acude al bosque para solicitar a los espíritus encontrarla, mientras la población se enfrenta a una batalla por su sobrevivencia.
"Fueron tres años de investigación, de realización, con notas periodísticas sobre la situación del campo mexicano, en específico, Puebla, Oaxaca y Michoacán. Entonces, en 'Sanctórum' se expone esta situación de crisis del campo, en la que los pueblos indígenas no tienen la opción de tener una vida normal más que dedicándose al cultivo de mariguana, amapola u opio, de trabajar para el crimen organizado, lo cual es también una responsabilidad del gobierno, pues quienes se dedican a ello son criminalizados", expuso.
En ese sentido, explicó que el abordar estas realidades surgieron desde su propia historia, pues "mi familia se ha dedicado al campo, no puedo hablar de algo con lo que sienta contacto, he sido muy cercano y sensible a esos temas, considero que se debe actuar. La falta de justicia de los pueblos indígenas, la crisis a la que se enfrentan, son temas que se deben ya atender en la agenda nacional", afirmó.
Aunado a lo anterior, consideró el filme como un "trabajo híbrido, donde se explota lo documental con la fantasía", por lo que en la parte argumentativa, el reto consistió en "abordar la trama desde una narrativa fantástica, sin embargo, se refleja una realidad violenta (...) De ahí 'Sanctorum', pues México es un gran santuario donde la gente está enterrada, en cualquier esquina podemos rezarle", dijo.
Asimismo, explicó que la atmósfera reflejada en el filme proviene de diversas exploraciones de campo, pues él mismo visitó comunidades inmersas en sus propias cosmogonías que buscaron respetarse en el filme: "Ha llamado la atención, pues no se tiene una (cultura indígena) en particular. Son referencias y se habla de algo multicultural y que funciona en términos de estética. Los personajes son suscritos en sus propias cosmogonías".
Al ser cuestionado sobre si existieron dificultades en la filmación, el cineasta descartó la violencia o reticencia por parte de los pobladores, pues "fuimos muy honestos con quienes nos acercamos para que participara. Siempre les dijimos lo que estábamos haciendo y de esta forma trabajamos de forma segura. Las personas que aparecen en la película son personas reales, no son actores, y saben que el trabajo está dedicado a ellos (...) La responsabilidad social, en mi caso, se debe al tema, a que se debe actuar para cambiar esta situación".
Por último, sobre las expectativas para la proyección en Morelia, el realizador comentó que la recepción en Italia fue muy importante, pues se mostró una realidad de México que "el gobierno debe atender (...) Estamos muy orgullosos de haber representado al país, sin embargo, esperamos que la película acá sea bien recibida, pues externamos una situación que nos es fácil juzgar, pero en la que nos cuestionamos los vacíos. Los campesinos que trabajan en la siembra de mariguana son criminalizados, pero lo hacen porque les es más redituable, no pueden sembrar café, ni maíz, pues no se vende, por ello recurren a la ilegalidad (...) Creo que como mexicanos debemos que antes de juzgar, debemos reflexionar sobre esa situación", concluyó.
MITM