En el Museo de Patología, que está en el Hospital General de México (HGM), las vitrinas tienen órganos humanos que reflejan el conocimiento que ha generado la medicina en 40 años sobre las diversas enfermedades crónicas, raras, difíciles de tratar y que han sorprendido a la comunidad médica internacional.
La instalación tiene mil 5 piezas de la disección de diferentes órganos, como pulmones, corazones, intestinos, cerebros, pies y manos, mamas en diferentes etapas de cáncer, así como fetos en distintos niveles de gestación cuya madre sufría alguna enfermedad.
Espacio de servicio
“Es un espacio académico y de servicio. Estas aportaciones han sido publicadas en las revistas científicas más importantes a escala internacional”, comentó Agustín Soto, encargado del Museo de Patología del HGM desde hace 17 años.
Cada pieza del acervo que se encuentra en el museo, construido en alianza con la Universidad Nacional Autónoma de México, contribuye a reforzar la enseñanza y la investigación científica, así como a establecer las bases de la práctica médica.
“Se hicieron en el hospital autopsias y lo interesante es que trajeron al museo los órganos para que contribuyan a fortalecer los conocimientos de alumnos, profesores e investigadores”, señaló Soto.
“Viene gente de diversas partes del mundo porque es el único recinto en todo el orbe con una colección tan variada y con padecimientos complicados”, destacó el experto en entrevista con MILENIO.
El museo, que tiene 40 años, también cuenta con un recorrido por la historia de la oncología en México, cuando el cáncer comenzaba a ser reconocido.
Tumor de Cárdenas
Entre las vitrinas se encuentra un hígado con un tumor en etapa avanzada que, de acuerdo con el encargado del recinto, pertenecía al general Lázaro Cárdenas.
Jaime de la Garza, ex director del Instituto Nacional de Cancerología, recordó que en 1967, recién llegado de estudiar en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, y en la Escuela de Medicina de Texas, demostró a la comunidad médica y científica que las enfermedades infecciosas comenzaban a ser desplazadas por tumores malignos sin distinción de clases sociales.
Sus propuestas de detección del cáncer, una extraña enfermedad en ese tiempo, lo llevaron a tratar al general Lázaro Cárdenas.
El amplio equipo médico que lo atendía dudaba si el mal del entonces mandatario provenía de una hepatitis o era cáncer que no lograban detectar.
“Ya le habían extirpado un lunar en la cara y luego se practicó una cirugía porque el cáncer se le pasó a los ganglios; sin embargo, comenzó a perder peso, a ponerse amarillo. Lo único que hice fue palparle el hígado, estaba grandísimo, lleno de tumores”, recordó el oncólogo.
“Me atreví a decirle a la familia que el general estaba muy grave... Ese día, 19 de octubre de 1970, murió por la tarde”, narró De la Garza.
El hígado, aunque se dice que era de Cárdenas, por la falta de certeza al no tener el expediente de origen solo tiene como leyenda que se trata de un “melanoma metastásico con hepatitis tóxica”.
Rarezas destacables
El Hospital General de México se inauguró hace 110 años, pero fue en 1975 cuando abrió el Museo de Patología sus instalaciones con piezas como los primeros estómagos detectados con una extraña enfermedad llamada tricotilomanía, que consiste en tragarse el cabello de manera compulsiva.
“Hay tres estómagos sobre esta enfermedad mental que provoca comerse el cabello y debido a la naturaleza del órgano obstruye intestinos, duodeno, causa desnutrición y provoca en algunos casos la muerte”, explicó Soto, encargado de conservar las pieza con glicerina, formol y diversas sustancias químicas que impiden su degradación.
Los visitantes han notado características curiosas de algunas piezas cuando hacen sus recorridos por las vitrinas, que incluso forman parte de la explicación.
Entre éstas destacan un hígado con cara de charro; un riñón con sendas piedras formadas por exceso de calcio, cerebros dañados por cisticercos, un órgano con aspecto de niño regordete y un feto de caballo, pieza única en este museo que ha sido reconocida a escala internacional.
Las puertas de este espacio de educación e historia abren al público de lunes a viernes, de las 9:00 de la mañana a las 2:00 de la tarde.