Cultura

Leer | Por Ana García Bergua

Husos y costumbres

"La cultura como agresión de clase en lugar de anhelo humanizador: cuántas resonancias provoca hoy esta imagen, cuando pareciera que la alta cultura irrita".

La novela en que se basa la película que vio —La ceremonia de Claude Chabrol— tiene un comienzo fantástico: “Eunice Parchman mató a la familia Coverdale porque no sabía leer ni escribir". Se trata de Un juicio de piedra, de la autora policiaca inglesa Ruth Rendell, y no la ha podido conseguir en español.

La trama es dura y sobrecogedora: una criada —en la película se llama Sophie Bonhomme— entra a trabajar a una mansión muy grande, hermosa, a las afueras de un pueblo, y con toda clase de argucias disimula que es analfabeta. Hay en esa carencia una vergüenza y a la vez un misterio de rencor, pues nunca busca solventarla. Une este resentimiento al de su amiga Jeanne, que trabaja en el correo, y ésta la manipula hacia el desenlace. El espectador siente su júbilo por destruir y el horror, todo junto: la pared que representa aquel analfabetismo en una sociedad donde la cultura es prestigiosa, que tan bien refleja un director francés como Chabrol y quizá en la novela inglesa se circunscribe a un tema de corte religioso. La cultura de aquella familia de fabricantes de sardinas de apellido Lelievre (las hermanas Papin, en las que se inspiran libro y película mataron y colgaron como liebres a sus patronas en 1933) irrita más a las dos jóvenes outsiders y, sí, perturbadas: el padre escucha música clásica, tienen una gran biblioteca, la hija es marxista-caviar y al descubrir el secreto de Sophie le resta importancia y le ofrece enseñarle a leer, cosa que la irrita más y la impulsa a amenazarla.

La cultura como agresión de clase en lugar de anhelo humanizador: cuántas resonancias le provoca esta imagen en nuestros días, cuando pareciera que la llamada alta cultura irrita: se critica el premio Princesa de Asturias a la FIL, se acaba con las editoriales pequeñas, la política editorial del Estado tiene un tufo a venganza, todo en nombre de algo en apariencia superior. Sin ser, claro, analfabetas o un poco psicópatas como Sophie y Jeanne.

Su amiga querida V. le cuenta sobre el dios Odín que para leer las runas se colgó nueve noches del árbol y le dio su ojo izquierdo al gigante Mimir a cambio de sus secretos. Como Prometeo el fuego, se sacrificó por darle el saber a los hombres. Y la lectura.

A ella le cuesta entender: sólo piensa que, si el destino le hubiera deparado ser la criada en una casa con gran biblioteca, haría muy mal su trabajo. Limpiaría muy a la rápida, usaría una olla exprés, escondería el polvo bajo la alfombra tan sólo para terminar lo antes posible y encerrarse a leer los libros que habría robado con toda la astucia posible. Sophie, a quien ese mundo excluye y agrede, es meticulosa y perfecta, limpia y cocina de maravilla.

AQ | ÁSS

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Ana García Bergua
  • Ana García Bergua
  • Autora de novela, cuento y crónica. Miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte, Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2013 por La bomba de San José y Premio Nacional de Narrativa Colima 2016 por La tormenta hindú. Recientemente publicó Leer en los aviones y Waikikí, junto con Alfredo Núñez Lanz.
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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/cultura/laberinto
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