Cultura

Variaciones de un 'alter ego'

Los paisajes invisibles

"¿Por qué Almodóvar fastidia al público con esa misma historia y personaje? ¿Por qué la crítica no le echa en cara el refrito?"

Desde hace más de 30 años, Pedro Almodóvar se narra a sí mismo en una historia a la que sólo añade ciertas variaciones. La ley del deseo, de 1987, inaugura esa trilogía de autoficción: en pleno apogeo de La Movida madrileña, el cineasta Pablo Quintero (Eusebio Poncela) funda, sin querer, un triángulo amoroso al ligarse a Antonio Benítez (Antonio Banderas), quien, por celos, asesina a su amante preferido, Juan Bermúdez (Miguel Molina), en un desenlace trágico y kitsch que prefigura la narrativa almodovariana. Entre el elenco revolotea Tina Quintero (Carmen Maura), que antes fue hombre pero cambió de sexo porque se enamoró de un cura. Por cierto, la película abre con la escena de un extraño rodaje de supuesto porno gay.

En La mala educación (2004), Almodóvar vuelve sobre el asunto. Enrique Goded (Fele Martínez) es un cineasta de éxito. Sorpresivamente, a su casa llega un presunto Ignacio (Gael García Bernal), su primer amor en la escuela primaria. Han pasado muchos años y aunque hay cosas que no concuerdan, Goded descubre que entre ellos hubo un triángulo amoroso con el Padre Manolo (Daniel Giménez Cacho). Para dar una vuelta de tuerca, el reaparecido es un farsante: se llama Juan, su nombre artístico es Ángel y el de travesti es Zahara. Encima, es hermano de Ignacio, quien murió por la mezcla de heroína, frustración y depresiones. La película cierra con el rodaje de las escenas de infancia con el cura.

Dolor y gloria (2019), su filme más reciente, borda la misma manta: Salvador Mallo (Antonio Banderas) es un cineasta viejo e hipocondriaco. Tuvo una infancia miserable, pero progresó gracias a los curas y al colegio religioso, del que fue el miembro principal del coro. Mallo anda por Madrid y sus alrededores, doliéndose de las cicatrices que La Movida le dejó, reparando enconos, evocando afectos pasados y extrañando el abrazo protector de su piadosa madre. Los achaques lo tienen inmovilizado. Lamenta su soledad a más no poder, y gracias a que su ex amigo Alberto Crespo (Asier Etxeandia) le pide un manuscrito para montarlo en teatro, Mallo se reencuentra con Federico Delgado (Leonardo Sbaraglia). La historia de Mallo y Federico es, obvio, la de un amor frustrado por las ambiciones personales y la adicción a la heroína, droga que, según el personaje de Almodóvar, hizo de Madrid “un campo minado”. Dolor y gloria termina con la escena del rodaje en que el niño Salvador duerme con su madre en una estación. Mallo exclama: “¡corte!”.

¿Por qué Almodóvar fastidia al público con esa misma historia y personaje? ¿Por qué la crítica no le echa en cara el refrito? Se me ocurren dos razones: el toque para concebir figuras empáticas y la impecable manufactura de los filmes, principalmente la imagen de José Luis Alcaine, fotógrafo de cabecera de Almodóvar, quien seguramente estudió a fondo las teorías del color de Goethe, Havelock Ellis, Max Nordau y, por supuesto, Sergei Eisenstein, pues la tonalidad en los montajes posee una energía rotunda.

Sin embargo, La ley del deseo, La mala educación y Dolor y gloria son la misma película, y no porque a Almodóvar le falte imaginación, sino porque el alter ego es un personaje complicado. Un ser tan vanidoso que exige la resurrección, tan obsesivo que se empeña en alterar su historia en estructura pero no en sustancia, tan pedante que confunde la aflicción con el heroísmo. Del alter ego, sus variaciones y lo que lo hace singular, el gran maestro es Woody Allen por todo lo que en sus filmes ha convertido en mito: Nueva York, Gershwin, Stan Getz, Billie Holiday, la máquina de escribir, las gafas de armazón negro, los monólogos de tímida introspección. En cambio, del manchego están Madrid, los muebles rojos, los pósters de cintas de culto, las canciones de Chavela Vargas y el melancólico temperamento de amor fatal.

ÁSS

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Laberinto es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/cultura/laberinto
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