Cultura

La felicidad de las monjas y la estricta seguridad en Chiapas

No hay un cuarto disponible en la ciudad y los bares y restaurantes están llenos; el gobierno prevé una derrama de 500 mdp.

Cantan. Cantan y se abrazan entre ellas. Les brillan las miradas de tanto gusto. Tienen sonrisas de niñas. Posan ante las puertas de la catedral de San Cristóbal y vuelven a cantar mientras profieren grititos. Quienes no las miran, quienes a lo lejos pasean por el centro histórico, podrían pensar que provienen de adolescentes. Luego todas ellas andan presurosas, caminan apenas unos cuantos pasos y se colocan bajo la enorme cruz del atrio. Se toman selfies. Una entre ellas se desprende del grupo y pide que la fotografíen abrazada a la cruz. Ríe y ríe. No le importa posar con dotes de modelo para los fotoperiodistas. Abraza el símbolo de su pasión.

No, no son teenagers mochileras de escuelas católicas que andan de vacaciones por aquí. Son monjas que han venido desde Puebla para ver al papa. No hay mucho fervor en los alrededores, no hay una especie de papamanía entre los miles de andarines que van y vienen por el lugar donde este lunes estará el jefe del estado Vaticano, Francisco, pero las monjas gozan lo suyo.

—¡Estamos muy contentas! ¡Vamos a ver al santo padre! —dice una de ellas, viejita, de lentes diminutos, para vista cansada—. Él es el vicario de Cristo...

Se acerca la madre superiora, una mujer de mejillas sonrojadas:

—No hemos visto al papa todavía. Mañana esperamos tener esa dicha, de verlo cerquita, porque Dios nos ha bendecido todo el viaje. Estamos felices...

Vuelve a tomar la palabra la anciana, sin soltar el brazo de una compañera más joven:

—Venimos en la peregrinación de la fe, como dijo el papa Francisco. Dios lo bendiga...

Se van hacia la cruz y entre foto y foto lanzan vivas.

"¡Viva María!", grita una desde el pie de la cruz. "¡Viva!", le contesta a coro la docena de compañeras. "¡Viva Cristo Rey!", "¡viva el papa!", corean después de que las vuelve a azuzar.

Sigue sin haber mucho fervor en esta tierra. Normal. Chiapas es el estado con menos población católica: apenas arriba de 58 por ciento, cuando a escala nacional rebasa 82 por ciento. Aquí abundan las sectas. Por radio se escuchan, a toda hora, estaciones que alertan a la gente del infierno del diablo que los comerá si no se convierten al cristianismo. Sobre todo hay evangélicos, 19 por ciento, de acuerdo con el último censo de población del Inegi. De hecho no son raros los enfrentamientos entre católicos y evangelistas.

Pero hoy no hay choques. Hoy hay paz. Y lleno total. No hay un cuarto disponible en la ciudad. Entre las familias católicas que pudieron desplazarse hasta el sitio, gente que vino con sus parejas de fin de semana a festejar el día del amor, y una invasión de periodistas nacionales y extranjeros, no solo los hoteles están saturados, sino que los bares y restaurantes están llenos. El gobierno local prevé una derrama de 500 millones de pesos entre la gente que vendrá a este lugar y los que acudirán a ver al papa a Tuxtla Gutiérrez.

Lo que también es notorio aquí es la presencia de ricos y pobres. Niños y niñas mendigando, hombres y mujeres de origen indígena que se acercan constantemente a las terrazas de los restaurantes para pedir a los comensales que les compren algún textil, que les regalen unas monedas, o que les compartan pan. Un niño de ropas viejas ya ha colectado tres porciones. Y al mismo tiempo, desfilan lujosas camionetas y coches deportivos de chavos ricos. O se aparecen abuelos potentados, como el del gobernador Manuel Velasco (el joven del Partido Verde esposo de la cantante Anahí), el señor Fernando Coello Pedrero, que, ataviado con elegante sombrero y abrigo, toma un postre en la mesa de al lado de los enviados de Notivox y pide que yo me acerque para ofrecerme una entrevista en la cual pretende fustigar a los ex gobernadores, los predecesores de su nieto. Mientras un par de hombres indígenas le piden dinero y luego pan, él no los mira y sí platica frente a ellos, sin inmutarse, de lo rico que es (literal) y lo bien que le ha ido en su vida empresarial.

Y si hay tantos pobres y tantos ricos, los que también abundan hoy aquí son tropas: hay un fuerte dispositivo de seguridad con 2 mil elementos de la Policía Federal y cientos de soldados (algunos con perros para detectar armas y explosivos) que vigilan, junto a miembros del Estado Mayor Presidencial, todo lo que ocurre aquí, a unas horas de que llegue el papa...

Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.