Entre aplausos, minutos de silencio, música y proyecciones de video, Javier Arévalo fue despedido ayer por una nutrida comunidad de artistas plásticos, amigos y familiares en la Capilla Tolsá del Instituto Cultural Cabañas, luego de una prolongada incertidumbre que vivieron varios de los allegados al destacado artista plástico que inició la tarde del miércoles cuando solicitaron a la Secretaría de Cultura de Jalisco dicho espacio para este fin y la respuesta por parte de las autoridades se prolongó varias horas.
Los acordes lastimeros de “Guendanabani, La vida”, el tema zapoteco de Daniel C. Pineda y Juan Xtubi, en la interpretación del cantautor Enrique Guajiro López y el clarinetista Emiliano López al pie del féretro adornado de flores, rodeado de algunos cuadros del propio Arévalo, pertenecientes a la Colección Pueblo de Jalisco de dicho recinto, así como amigos y familiares que realizaron guardias fueron los elementos de una emotiva pincelada de un homenaje en el que el dueto musical que planeaba reunirse con Arévalo en marzo próximo en el Museo de los Pintores Oaxaqueños interpretó también el bolero “Quizás mañana” y la chilena “El ciruelo del propio Guajiro López”, todos temas preferidos del finado.
Ellos venían desde Oaxaca, pero no fueron los únicos que viajaron desde otra ciudad para darle el último adiós, también lo hizo Mario Martín del Campo, quien durante el homenaje contó algunas anécdotas de su colega y amigo. Rememoró cómo Agustín Yáñez apoyó desde muy joven a Arévalo para que realizara sus estudios en San Carlos en la Ciudad de México con el Dr. Atl.. “Fue un gran pintor a nivel nacional e internacional… si hubiera muerto en la Ciudad de México le estarían haciendo en este momento un homenaje en el Palacio de Bellas Artes”… al decir esto, todos los presentes se desbordaron en aplausos… luego continuó: “Javier no se ha ido, ni se va a ir, porque su obra no muere, su obra va a seguir, seguirá siendo admirada… Fue mi amigo desde muchos años… decía que la pintura no debe ser seria, debe tener humor… podríamos pasar la vida hablando de Javier… Javier te damos las gracias por todo lo que nos has dado por todo lo que queda”, dijo dirigiéndose al féretro y continuó: “Él era del barrio de Mezquitán… de niño jugaba futbol en el Panteón de Mezquitán en las tumbas, y ahí quedará jugando”.
José de Alba, Sergio Garval, al igual que los hijos del artista, recordaron algunas anécdotas y momentos que vivieron a su lado. Giovana Jaspersen, secretaria de Cultura de Jalisco comentó en su intervención: “Este homenaje tenía que ser así, en la paz de la compañía y el afecto con su familia, amigos y conocidos y con toda la gente que lo admiramos y lo recordaremos siempre… lamentamos y compartimos su dolor y esperamos pronta resignación y mucha paz. El maestro Arévalo habita en cada trazo de su obra. Sus pinturas son parte de un legado de las artes plásticas de nuestro estado, no sólo en México, sino en todo el mundo, así el creador es eterno”. Después de este homenaje el pintor recibió otro por la tarde en Zapopan.
Y además
PendientesGabriela Serrano Suzan, directora del Centro Cultural González Gallo de Chapala y que fungió como maestra de ceremonias, dijo que recientemente planeaban una retrospectiva del artista en dicho foro
Zapopan
La galería del Instituto Cultural de Zapopan con domicilio Vicente Guerrero 233, lleva el nombre de Javier Arévalo
SRN