Un grupo de investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y de la Universidad de Guadalajara (UdeG) efectúan estudios en el municipio Poncitlán, Jalisco, para evaluar el agua, así como los factores nutricionales y genéticos de su población, ya que ha desarrollado una atípica falla renal crónica a partir de los cinco y 20 años de edad, por lo que ya requieren de hemodiálisis.
De acuerdo con la nefróloga Karina Renoirte López, las investigaciones —en las que están también involucrados epidemiólogos de la UNAM y del Instituto Politécnico Nacional— surgieron a partir de que en el Hospital Civil de Guadalajara comenzaron a detectar a pacientes muy jóvenes con falla renal, un padecimiento que por lo regular aparece entre adultos mayores con antecedentes de diabetes y de hipertensión arterial.
La profesora de la UdeG y directora médica de Nefrología del laboratorio farmacéutico de Grupo PISA, explicó que las investigaciones basadas, entre otros estudios, en la toma de sangre y en el análisis de la orina arrojaron que cuatro de cada 10 habitantes de la comunidad presentaban un grado de daño renal, donde la población joven e incluso niños, son los más afectados.
La nefróloga del Hospital Civil de Guadalajara abundó que se encontraron niveles elevados de plomo y de algunos metales pesados entre la población analizada; básicamente, los afectados son los varones que trabajan en la agricultora.
Datos del estudio
Las investigaciones en Poncitlán, municipio de la Región Ciénega del estado de Jalisco, que tiene más de 43 mil habitantes —26 mil 335 carece de derechohabiencia—, arrancaron hace dos años y aún no han concluido por parte del grupo de expertos, quienes regresarán estos días a la zona para continuar con el análisis de los factores de riesgo.
De acuerdo con los resultados dados actuales, no se ha determinado si la falla renal se debe a la contaminación industrial de ríos y arroyos que conforman la subcuenca hidrológica de los lagos Chapala y Santiago, o si bien obedece a los agroquímicos y pesticidas usados en dicha localidad agrícola.
Sin embargo, los primeros datos arrojaron que más de 300 niños, algunos de 5 años, tienen presencia de microalbuminuria en orina, es decir, un marcador de enfermedad renal incipiente; aunque todavía no dé manifestaciones clínicas, 33 menores, según el estudio preliminar, ya cursan con algún grado de insuficiencia renal diagnosticado, incluso, se han documentado casos de familias completas afectadas, con casos de muertes, que se atribuyen a la toma de agua del pozo.
“La hemodiálisis se indica cuando la función de los riñones está por debajo de 15 o 10 por ciento, lo que impide que dichos órganos desechen la urea —toxina que se elimina por la orina—, lo cual causa retención de líquidos; se puede llegar a casos extremos donde éstos invaden los pulmones y ahogan a la persona”, explicó.
En la sangre, una persona normal va a tener un valor de 40 o 45 de urea como máximo, explicó, pero cuando los riñones funcionan menos de 15 o 10 por ciento puede manejar niveles de urea de 200 hasta 400, causando intoxicación, convulsiones, dolores y daño en todos los órganos.
Por ello el caso de Poncitlán ha llamado la atención de los científicos, ya que por lo regular las causas por las cuales un paciente requiere hemodiálisis es por padecer diabetes e hipertensión.
La experta explicó que Jalisco se ubica a escala mundial, después de Taiwán, como la entidad con mayor número de enfermos renales, pero “esto se debe a que nosotros sí reportamos conforme a la norma”.
Solo Grupo PISA cuenta con 13 clínicas de hemodiálisis a escala nacional, donde se atienden a alrededor de 2 mil 500 pacientes, que acuden tres veces a la semana a recibir dicho tratamiento para limpiarse las toxinas de la sangre.
Más de 90 por ciento de los pacientes son derechohabientes del IMSS; el costo de inversión por subrogación de una persona es de 900 pesos por sesión, es decir 2 mil 700 pesos a la semana si se considera que toman tres.
Renoirte López también afirmó que la enfermedad renal es altamente costosa; hay estudios que establecen que de incluirse en el Seguro Popular absorbería el total del presupuesto anual que se invierte en 54 males crónicos, incluido cáncer.
Problema de años
En 2013 Notivox dio a conocer un estudio de Greenpeace en el que se informó que el río Santiago tiene mil 90 sustancias químicas, algunas altamente tóxicas y de grave riesgo para la salud.
Según el cortometraje Un salto de vida, que documenta la vida de los habitantes de El Salto de Juanacatlán, Jalisco, se relata que niños y adultos padecen graves males por la contaminación del afluente.
Greenpeace informó también que, según reconoció la Comisión Nacional del Agua, las personas tienen riesgos en su salud por vivir a menos de 5 kilómetros del río Santiago.