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‘Herodes hoy’

Viqueira construye este texto a partir de un juicio en donde una madre suplica por la vida de su hijo y se erige en abogado defensor en un trabajo actoral espléndido de Valentina Garibay.

Después de una exitosa temporada en el Foro La Gruta, del Centro Cultural Helénico, el montaje Herodes hoy, con texto, dirección y actuación de Richard Viqueira, se traslada al teatro Sergio Magaña, de la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México. Quién puede dudarlo: la capital se ha vuelto tan compleja que ahora las giras se pueden hacer por los distintos puntos cardinales de la megalópolis y atender públicos muy diversos. Sin embargo, el teatrófilo debiera llegar a cualquier espacio, sobre todo si se trata de un espectáculo de la calidad de la obra mencionada. Pero el asunto no es tan obvio: públicos diferentes requieren también de estrategias de difusión distintas.

Ahora el exitoso Viqueira visita la historia bíblica de Herodes para confrontarnos con la paranoia y la crueldad, con la obsesión por conservar el poder aun a costa de derramar la sangre de inocentes. Esa obsesión y ese delirio lo han de llevar a sacrificar la carne propia, la de los hijos, pues el temor de los poderosos hace que les salgan ojos en la nuca y sospechas por todos los poros de la piel. ¿Qué mejor manera de encarnar el mito de Herodes y su infame memoria que mediante cuchillos? Es la herramienta que al mismo tiempo es signo tanto de la evolución del hombre cuando al fin conquistó el hierro, como de la crueldad sin fin. Esta obra para cuatro actores y 100 cuchillos juega con el tiempo en un círculo que ha de repetirse.

Viqueira construye este texto a partir de un juicio en donde una madre suplica por la vida de su hijo y se erige en abogado defensor en un trabajo actoral espléndido de Valentina Garibay. También ver a Georgina Rábago como la esposa de Herodes se vuelve un agasajo, más la sorpresa de un Fernando Bueno desdoblándose en papeles varios con una capacidad histriónica evidente. Resuelven bien los tres. Viqueira encarna a Herodes, pero me pregunto si un ojo externo que lo vapuleara en ensayos no era necesario. No puedo afirmar que esté mal en su papel pero quizá al actor lo avasalla la cabeza de director.

El texto es espléndido y perturbador: a ratos nos somete a una agonía, y la circularidad que provoca una especie de déjà vu dislocado lleva la cabeza del espectador a presentir un halo de irrealidad o de puesta en duda de la veracidad de lo presenciado. Como en toda puesta de este creador escénico, el trabajo con la fisicalidad de los actores y los elementos (cuchillos) generan tensión y vértigo, garantía de que nadie se va a aburrir, sino por el contrario. Convidado queda, lector.

Teatro Sergio Magaña, Sor Juana Inés de la Cruz 114, Santa María la Ribera, viernes a las 20:00, sábado a las 19:00 y domingo 18:00.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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