Este mediodía la Universidad de Guadalajara (UdeG) otorgó el doctorado Honoris Causa post mortem al destacado escritor uruguayo Eduardo Galeano, reconocimiento que recibió su viuda Helena Villagra quien dedicó la distinción a los 43 de Ayotzinapa.
La entrañable ceremonia en la que se proyectó una semblanza con comentarios de amigos de Galeano y fragmentos de algunas entrevistas que le realizaron todavía en vida estuvo presidida además de Helena Villagra, por Itzcóatl Tonatiuh Bravo Padilla, rector de la UdeG, Héctor Raúl Solís Gadea, rector del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), Myriam Vachez Plagnol, secretaria de Cultura de Jalisco y Jorge Delgado embajador de Uruguay.
Tanto Bravo Padilla como Solís Gadea dijeron que para la Casa de Estudios era un honor tener entre sus miembros honorarios con figuras como Galeano que aportaron con su obra una particular visión de los pueblos de América Latina.
Villagra, en su discurso en donde intercaló fragmentos del texto Los Nadie, de Galeano mencionó: "Caminamos Eduardo y yo juntos muchas veces en el México abrazo, el México generoso el que acogió a refugiados de tantos mundos, tantos amigos que huían de las dictaduras del sur. El México lindo de las calacas y los boleros el de la comida rica y picosa que tanto nos busca me acuerdo de las andanzas nuestras en los campamentos de Oventic con Carlitos Monsiváis tan querido, cuando el abrazo en la realidad hacía evidente un tiempo de la conciencia que trataba de cambiar el tiempo de las cosas que pasan".
Luego Villagra recordó "también en la celebración de ese encuentro me alegró que lejos de Chiapas le llamaran el recogedor de lluvias y de las palabras de abajo y en otro lugar olvidado del mundo donde la libertad es el anhelo de todos los días para los saharauis hijos del desierto, Eduardo era el hermano perseguidor de las nubes. Quiero agradecer también a Carlos Berinstáin, para concluir señor rector integrantes de la Universidad de Guadalajara, queridos amigos con el dolor de su ausencia que lo trae con amor hasta el presente, con el orgullo de haberlo elegido como mi compañero de vida en nuestros andares 40 años juntos con Eduardo siempre coherente con lo que sentía vivía, pensaba y escribía por su permanente voluntad de belleza y justicia y para juntar los fueguitos como la historia del Hombre de Neguá para que la vida se encienda como sé que Eduardo lo hubiera querido dedico en su nombre este doctorado Honoris Causa otorgado por la Universidad de Guadalajara a la lucha de esos nadie doctorados en Ayotzinapa, los queridos 43 que le han enseñado al mundo que los músculos de la conciencia son antídotos contra el espanto y que en estos tiempos en donde no abunda la solidaridad hay muchos corazones decentes que laten juntos. Gracias Eduardo ... por todas esas vidas las de tantos nadies del mundo que se reconocen en tus letras".