Un estudio de la NASA sumó evidencia de que una fuente de calor geotérmica llamada pluma del manto se halla en las profundidades de la Tierra en la Antártida, en el área de Marie Byrd, lo cual explica parte del derretimiento que genera lagos y ríos bajo la capa de hielo.
La nueva investigación refiere que aunque la fuente de calor no es una amenaza reciente para el manto de hielo antártico occidental, puede ayudar a explicar por qué la capa de hielo colapsó de manera pronta en una era anterior de cambio climático, así como su inestabilidad en la actualidad.
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La Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio —NASA, por sus siglas en inglés— explicó que comprender las fuentes y el futuro del agua de deshielo en la Antártida Occidental es notable para estimar la velocidad a la que se puede perder hielo en el océano en los siguientes años.
De acuerdo con la agencia espacial, el lecho de roca de la Antártida se encuentra lleno de ríos y lagos, una gran parte de éstos se llenan y drenan con facilidad, forzando a la superficie del hielo a miles de kilómetros sobre ellos a subir y bajar hasta seis metros. El movimiento permite a los científicos estimar dónde y cuánta agua debe existir en la base.
Un científico de la Universidad de Colorado en Denver sugirió que el calor de una pluma del manto bajo Marie Byrd podría explicar la actividad volcánica regional. Para la NASA, la teoría era poco probable, pues no se creía posible tener una gran cantidad de calor y aún tener hielo encima.
Sin embargo, una imagen sísmica tomada de manera reciente respalda el concepto del científico de la Universidad de Colorado, expuso la NASA.
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Tras realizar varias mediciones, los científicos recurrieron a las observaciones de los cambios en la altitud de la superficie de la capa de hielo hechas por el satélite IceSat de la NASA.
Las simulaciones de los científicos mediante el uso de un flujo de calor superior a 150 milivatios por metro cuadrado mostraron demasiada fusión para ser compatibles con los datos espaciales, excepto en un lugar: el interior del Mar de Ross. Esta región requirió un flujo de calor de al menos 150-180 milivatios por metro cuadrado para estar de acuerdo con las observaciones.
Sin embargo, las imágenes sísmicas demostraron que el calor del manto de esta zona puede alcanzar la capa de hielo a través de una grieta o fractura en la corteza terrestre.
FM