Cultura

"Fito" Galindo quiere que su legado esté en las cantinas

El creador de más de 600 canciones hizo un repaso de su vida para Notivox Monterrey.

Para un hombre que ha compuesto más de 600 canciones, encumbradas por ídolos como Vicente Fernández o Bronco, su máximo legado sería que alguna de sus letras se entonen en la peor cantina de México.

Humberto Fito Galindo no quiere monumentos a su memoria. Con la experiencia de haber conocido a grandes como José Alfredo Jiménez o Flor Silvestre le basta.

El compositor estuvo de paso en Monterrey, una ciudad que disfruta. En entrevista, el autor de las célebres piezas “Mi noche buena" o “Se vende un caballo", ofreció algunos aspectos de su vida a la par que entona dos o tres versos mientras charla.

“Sigo escribiendo por afición. Después de conocer a gente tan importante como José Alfredo Jiménez, Álvaro Carrillo o el Wello Rivas creo que la palabra compositor nos queda grande", explica para abrir la conversación.

Galindo ha sido merecedor de homenajes en su natal Coahuila. Recibió la Medalla Agustín Lara en 1999 y es miembro de la Sociedad de Autores y Compositores de México. Una vez le preguntaron si quería un monumento en la plaza de su pueblo.

“De inmediato lo rechacé. Prefiero que se quede una canción mía en la rocola más rabona, de la peor cantina de México, porque ese es el alma musical del país. Si llego ahí, moriré satisfecho", refirió.

Una vida en la música

Desde temprana edad se aficionó en la música. Pronto aprendió que el oficio se trata de contar las mismas cosas con palabras diferentes. 

“Ahí la raza se va dando cuenta, 'ah mira, aquel loco escribe diferente sobre el mismo objetivo'. Y se van dando las cosas",  relata Fito Galindo.

La manera diferente de componer le fue abriendo las puertas. Sus canciones empezaron a ser grabadas por Los Montañeses del Álamo, Chelo Silva, Flor Silvestre y Catarino Leos, hasta llegar a Vicente Fernández.

Después llegaron Los Barón de Apodaca, Bronco, Salomón Robles y Los Cardenales de Nuevo León para seguir cosechando éxitos con sus canciones.

Ser compositor es vivir detrás del escenario. Mientras Vicente Fernández llegaba a toda América Latina, o Bronco ofrecía bailes ante miles de personas, Humberto Galindo seguía escribiendo canciones.

“No se vive mal", refiere el compositor sobre su oficio. Sin embargo, cuestiona cómo las ganancias no fueron equitativas.

"¿Dónde quedó ese dinero? nunca lo vi. Veía el nombre del artista en diamantitos, eso no me interesa, ya sé cómo me llamo, pero sí me pregunto ¿en dónde quedó todo ese dinero?", cuestiona.

El corazón musical

Su canción “Mi última muñeca" es infaltable en las ceremonias de XV Años. “Cambió una tradición", se dice a manera de reconocimiento.

Humberto Galindo no se muestra ajeno a la música contemporánea. Resalta que hay buenos cantantes y compositores que se pierden entre decenas de grupos que suenan igual.

“Por eso los grupos de banda dicen su nombre en las canciones, para identificarse porque suenan igual (...) Creo que la calidad no pasa de moda", apuntó el compositor. 

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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