La tradicional Quema del Judas atrae a miles de curiosos de distintos puntos del área metropolitana, y entre los vecinos despierta la curiosidad por saber a quiénes harán explotar este año.
Esta ocasión la fiesta se vistió de gala al conmemorar 75 años de su primera edición, la cual surgió para celebrar el Sábado Santo de una forma similar a como se realiza este evento en el centro del país.
Desde temprana hora las calles de Colegio Civil y Progreso se llenan de música y colorido, donde los diablos aguardan a las afueras del "club de la colonia" para ser quemados frente al respetable.
Una vez que las piñatas son consumadas, el público debe cuidarse, pues la lluvia de huevos, algunos crudos aunque la mayoría rellenos de harina o confeti, inunda el cielo de la Obrerista.
Este año el pueblo decidió que el presidente de Estados Unidos Donald Trump, el aumento de la gasolina y la violencia contra la mujer deberían ser los Judas a quemar.
Inicio de la tradición
Alfredo y Francisco Haro Romero son los organizadores de esta celebración.
La Obrerista junto a colonias cómo la Industrial o la Victoria surgieron debido a los asentamientos de empleados de empresas cercanas como Cervecería Cuauhtémoc o Vitro.
"Son 75 años de esta tradición, por eso hoy estamos de fiesta. La persona que lo organizó por primera vez era muy patriota y todo empezó por la celebración de Semana Santa", recordó uno de los organizadores Francisco Haro Romero.
La celebración recuerda como Judas se vendió por 30 monedas y entregó a Jesús de Nazareth a los sacerdotes para su crucifixión. A los políticos, actores y fenómenos sociales o económicos se les representa como los "Judas modernos", a quienes se hacen explotar.
"Aquí ya se agarró como traidores a los políticos que pueden ser el gobernador, los alcaldes o el presidente. Es la forma en que la sociedad protesta", agrega Francisco.
Antes de Semana Santa, los organizadores piden cooperación en barrios y colonias como la Industrial, Larralde, Primero de Mayo, Treviño, Cantú, Victoria, Reforma y la misma Obrerista.
Cada piñata de "diablos o judas" tiene un costo aproximado de dos mil 500 pesos. A las piezas se les pone ropa, se rellenan de pólvora y se le cuelgan vales, los cuales se canjean en establecimientos locales como cartones de cerveza o kilos de carne.
Entre los asistentes se tiene la costumbre de aventar huevos al término de la fiesta. Algunos están rellenos de harina o confeti, aunque no faltan los que van crudos. Este año innovaron al rellenarlos con salsa picante.
"Antes se aventaban agua, como en la Ciudad de México, pero de un tiempo para acá los huercos agarraron eso de aventar huevos", mencionan los organizadores.
Ozzy es quien se encarga de hacer los dibujos para las máscaras de los diablos. Momentos antes de hacerlos explotar, el dibujante presentó unas caricaturas y puso el rostro a los diablitos.
"Ahorita en la mañana llegué y le hice el rostro al chamuco de Donald Trump, ya nos tiene hasta la madre el güey. He estado leyendo y escuchando cómo se expresa de nosotros, entonces te vas informando para hacer el dibujo", menciona Ozzy
Para este año repitieron como Judas Trump y el llamado gazolinazo, y aunque la intención fue buena, el tercer diablito portó el cartelón "Contra la violencia de la mujer", cuando en realidad la protesta es hacia los feminicidios y el maltrato al género femenino.
¿Por qué hoy no lució un gobernador?, la respuesta la da el propio Francisco Haro.
"La misma gente decide a quién se va a quemar, en la semana nos van diciendo. Se había propuesto que apareciera un ex gobernador (Rodrigo Medina) y al gobernador que está ahorita, pero pues nomás son tres diablos, ya no alcanzaron", agregó.