Varias esculturas de Tlazoltéoltl, diosa huasteca de la lujuria, señora del sexo, la carnalidad, los amores ilícitos y las transgresiones morales se muestran en el Museo Británico.
Las figuras son parte de una exhibición que celebra la diversidad sexual mediante objetos antiguos que explican la tolerancia o aceptación social hacia las relaciones entre personas del mismo sexo en diferentes culturas y periodos.
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Tlazoltéoltl, deidad de la inmundicia (del náhuatl “tla” inmundicia, y “téotl” divino o luminoso) es una deidad de origen huasteco. Los evangelizadores españoles la consideraban una deidad que eliminaba del mundo el pecado entre los mexicas, la diosa más relacionada con la sexualidad y los estados de la Luna.
Era conocida como “la comedora de suciedad” debido a que se creía que visitaba a la gente que estaba por morir. Traía el sufrimiento con enfermedades venéreas y lo curaba con la medicina, inspiraba las desviaciones sexuales pero a la vez tenía la capacidad de absolverlas, y todo ello siendo diosa madre de la fertilidad, del parto, patrona de los médicos y a la vez diosa cruel que traía locura.
La escultura elaborada en piedra entre los años 900 y 1521, mide 1.51 metros de altura por 54 centímetros de ancho, y es propiedad del Museo Británico que la adquirió de la Colección Christie.
Entre otros de los objetos que conforman la exposición, figura una pequeña escultura de 11 mil años de antigüedad, procedente de una caverna en Ain Sakhri (hoy Palestina). Es la más antigua representación conocida de una pareja entrelazada en una posición sexual. Los arqueólogos no tienen la certeza de que se trate de un hombre y una mujer, por lo que sugieren que debido a su ambigüedad podría tratarse de una pareja del mismo sexo.
[OBJECT]Se exhibe asimismo una antigua tableta sobre la Epopeya de Gilgamesh (XIII y XI AC), que cuenta la historia del rey Gilgamesh y su íntimo amigo Enkidu, y cómo pelearon contra la diosa Ishtar.
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Enkidu muere y Gilgamesh pasa el resto del poema llorando por su amigo. Algunos extractos del texto sugieren que la relación no era solo de amigos sino que había una atracción física y sexual.
El plato fuerte de la muestra es el busto en mármol del emperador Adriano (76-139 dC) junto al de su joven amante Antínoo, quien murió ahogado en el río Nilo. El emperador encontró una ciudad a la que nombró Antinópolis, lo convirtió en un dios y su efigie fue reproducida en estatuas, figuras, retratos y monedas.
También en la antigua Grecia la intimidad entre hombres era culturalmente aprobada. Así lo demuestra un tazón pintado a mano (485-480 años aC) durante una celebración en Atenas en la que los varones reclinados son atendidos por jóvenes desnudos.
Las relaciones sexuales entre varones están bien documentadas en los siglos IV y V aC en Atenas, en las que idealmente el más joven tendría no más de 20 años y el mayor no más de 40.
En otra de las salas se encuentra una copa romana encontrada en Jerusalén (siglos V y XV dC), en la que dos varones se encuentran en una escena íntima.
Por otra parte, se encuentra un ánfora de vino griega (540 aC), que durante años no fue mostrada al público por considerar que ofendía la moral pública. Muestra a varones desnudos cortejándose entre ellos con escenas de excitación sexual explícitas.
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En tanto, las relaciones entre mujeres están representadas en la antigua Grecia en un jarrón pintado con la imagen de Sappho la llamada “poeta lesbiana”, famosa por su literatura en el mundo greco-romano del siglo III aC.
A través de esta exposición, el museo más visitado de Reino Unido con siete millones de personas al año, celebra también los 50 años de la despenalización parcial de la homosexualidad en Inglaterra, que tuvo lugar el 27 de julio de 1967.
*Con información de Notimex
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