Pedir por una primavera fértil, útil para la tierra, buena para la gente, es el motivo de los rituales de la comunidad otomí previo a la llegada del equinoccio. A unos cuantos kilómetros del centro de Toluca, capital del Estado de México, la comunidad indígena concentrada en la región norte de la ciudad, llevó a cabo la ceremonia que da entrada a la temporada, a la que atribuyen el inicio de un buen ciclo de siembra. Juan Izquierdo, jefe supremo otomí explicó que cada año se reúnen sus homólogos, representantes de todas las comunidades para realizar esta actividad que desde hace más de 100 años tienen como parte de sus usos y costumbres.
Dijo que previo al inicio de la primavera, desde el 19 de marzo, comienzan con estos rituales que llenarán de energía y luz a sus hermanos de raza. "Es una tradición importante porque no solo se trata de un cambio de estación sino de la atracción de energías positivas que nos va a ayudar a salir adelante”. Detalló que por el cambio de estación tienen que estar justo a la hora que desaparece la sombra, es decir, el sol está sobre sus cabezas, los cubre de luz, de fuerza y energía al ser el astro más importante de la cosmogonía indígena.
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“Para ello reunimos a los jefes de cada una de las comunidades, lo que buscamos es llenar de fuerza y de representatividad esta ceremonia en la que nos comunicamos con los astros, pedimos que nos ilumine y nos enriquezca con su luz para continuar con una época que precede a la más importante para labrar y trabajar la tierra”.
El jefe supremo, aseguró que este tipo de danzas y rituales son parte de las raíces de su comunidad, que pretenden dar a conocer para que no se pierdan con el cambio generacional, puesto que muchos jóvenes olvidan la base de su cultura.
KVS
