Suficiente, si no es que demasiado, se han ocupado los medios de los premios Grammy otorgados a géneros como rock, pop, dance, rap y otros que suponen ingresos multimillonarios. Como siempre, las “estrellas” acaparan el espacio y al margen quedan el jazz, la música clásica, el country y otros géneros que no tienen cabida en las programaciones regulares de la radio y la televisión comerciales o de las grandes cadenas periodísticas.
Las categorías manejadas en los Grammy llaman la atención por su grado de imaginación —o por su falta de—, como es el caso del Mejor Álbum Instrumental Pop, que ganó Herb Alpert, aunque los otros nominados eran representantes del smooth jazz, esa rama ultraligera del jazz que tantos adeptos tiene. También existe el Mejor Álbum de Pop Vocal Tradicional, donde el ultrapasteurizado Michael Bublé se impuso a Tony Bennett, lo que significa que el mal alumno mató al maestro.
En aras de ampliar los premios, suponemos, hasta existe la categoría Mejor Solo de Jazz Improvisado (todavía no sabemos si el año que entra habrá el Mejor Solo de Jazz sin Improvisar), ganada por el saxofonista Wayne Shorter. El cantante Gregory Porter se llevó el premio al Mejor Album de Jazz Vocal, la baterista Terri Lyne Carrington el de Mejor Álbum de Jazz Instrumental, y el saxofonista Randy Brecker con Wlodek Pawlik Trio y la Filarmónica de Kalisz (llamada la ciudad más vieja de Polonia) el de Mejor Álbum de Gran Ensamble de Jazz. Aunque compositora de jazz, Maria Schneider fue galardonada por Mejor Composición Clásica Contemporánea, arriba del maestro Arvo Pärt, al que por supuesto esto le tiene sin cuidado.
El jazz latino, que se ha merecido un nicho especial en los Grammy, tuvo en Paquito D’Rivera a su héroe. El saxofonista y clarinetista se llevó el premio al Mejor Álbum de Jazz Latino por Song for Maura, dedicado a la memoria de su madre. D’Rivera será la estrella del festival Clazz Continental Latin Jazz de la Ciudad de México: se presentará el sábado 22 de febrero en el Teatro Julio Castillo con una big band.
Una curiosidad de los Grammy: el Mejor Álbum de Música Regional Mexicana (que incluye Tejano) —así es la categoría—, correspondió al Mariachi Divas de Cindy Shea (mariachi femenino del que algún día hablaremos), con A mi manera. Buenas noticias: los galardones para la cantautora Emmylou Harris (con Rodney Crowell) por Mejor Álbum de Americana (palabra con la que se denomina a una música derivada del country, pero que a mí me suena igual), Charlie Musselwhite (Mejor Álbum de Blues) y Ziggy Marley (Mejor Álbum de Reggae).