Los 196 países que participan en la Cumbre del Cambio Climático de París (COP21) aprobaron el borrador de un acuerdo después de cuatro años de trabajo, como base para que los ministros intenten resolver puntos de desacuerdo la próxima semana; sin embargo, dejaron pendientes grandes temas, como la financiación o los esfuerzos de cada país en función de su responsabilidad en el calentamiento global.
De esta manera, y tras el estira y afloja de las delegaciones toda la noche, se cerraron años de trabajo que comenzaron en la Cumbre de Durban (2011), cuando se empezó a elaborar el pacto global de lucha contra el cambio climático y que deja atrás el fantasma de la Cumbre de Copenhague, el último gran fracaso de este congreso en el que todo fueron desacuerdos.
El borrador de los objetivos, que cuenta con 48 páginas, es una "señal de optimismo para a la próxima semana", declaró la embajadora francesa en la cumbre del clima, Laurence Tubiana.
No obstante, admitió que el documento "indica el deseo de todos de alcanzar un gran pacto", aunque "todavía no estemos al final del camino" y "la mayor parte de los temas más problemáticos continúan sin resolver".
El documento, que tiene 26 artículos, está lleno de opciones y cuenta con dos puntos interesantes: primero, se pide una rápida reducción de las emisiones mundiales de C02 (los gases derivados de la quema de los combustibles fósiles como el petróleo o el carbón) que están provocando el cambio climático, pero no se cuantifica la cifra. En segundo se especifica que el recorte total de emisiones debería realizarse entre el año 2060 y 2080. De momento, son dos opciones, que los expertos consideran "fundamentales".
Los ministros deberán decidir si los países industrializados son los únicos responsables de la actual situación de urgencia climática, o si eso cambió con la aparición de nuevas potencias como China o Brasil, dos de los 10 mayores emisores de gases con efecto invernadero.
Eso implica decidir quién paga y cómo. Si se aprueba, el acuerdo de París entrará en vigor en 2020, y los países menos desarrollados tendrán acceso a un fondo anual de 100 mil millones de dólares.
"Las consecuencias son serias; tenemos que seguir creciendo, pero si queremos hacerlo tenemos que recortar nuestra industrialización", algo que no hicieron durante más 150 años los países ricos, criticó la delegación de Malasia.
Además, en el borrador se incluye otro punto importante: se mantiene el objetivo de que la temperatura de la Tierra no suba más de 2° centígrados, el límite máximo que fijan la ciencia. Es decir, si la temperatura aumenta a ese grado, los científicos prevén efectos irreversibles, la disminución de la productividad agrícola o un aumento en la extinción de especies.
Otro de los puntos clave del principio de acuerdo reconoce que el recorte de emisiones (que no cuantifica) tiene que ser distribuido de forma equitativa según la responsabilidad histórica de los países. China y EU son los que más contaminan.
Sin embargo, muchas naciones lamentaron que el borrador deja demasiados temas sin resolver. "Esperábamos que nuestro trabajo estuviera más avanzado", dijo Nozipho Mxakato-Diseko de Sudáfrica, quien habló en representación de más de 130 países en desarrollo. "Llamamos a nuestros socios a escuchar nuestras preocupaciones mientras trabajamos juntos para encontrar soluciones", abundó.
Según el presidente de esta cumbre, el francés Laurent Fabius, el documento todavía tiene que ser negociado por los ministros o secretarios de medio ambiente de 196 países quienes lo discutirán a partir de mañana.
El texto definitivo para su aprobación tiene que estar listo para el 9 de diciembre, dos días antes de que termine oficialmente esta trascendental COP21, aunque los expertos prevén que el borrador sufra modificaciones "extremas".
MÉXICO, "SATISFECHO"
El subsecretario de Planeación y Política Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Rodolfo Lacy Tamayo, aseguró que el principio de acuerdo deja "altamente satisfecho" al gobierno de México, porque en su momento ayudó a la elaboración de éste.
"Para la delegación mexicana este documento es altamente satisfactorio porque, como se sabe, México ayudó a lograrlo, es decir, fuimos cofacilitadores precisamente de los componentes de progresividad del acuerdo", dijo.
El funcionario indicó que el documento precisa asuntos fundamentales de mitigación y adaptación de los países en desarrollo al cambio climático, así como las opciones para llegar a los 100 mil millones de dólares anuales que a partir de 2020 se quiere tener para estos objetivos.
Los avances plantean un periodo de cada cinco años para la monitoreo, reporte y verificación de las acciones nacionales de los países, por lo que sería el caso los años 2024 y 2029.