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Andrés Ibáñez: “Lecumberri guarda muchas historias”

"Sacúdete las penas" sigue los pasos de un diestro bailarín que ha caído en prisión

Recién ingresado a la prisión de Lecumberri, Rigoberto es blanco de abusadores y chantajistas. Un veterano de la cárcel decide protegerlo y darle ánimos a través de la historia de Pepe Frituras, bailarín famoso por ser el único reo que ha conseguido salir libre. Ambientada en las décadas de 1950 y 1970, Sacúdete las penas, ópera prima de Andrés Ibáñez, es una película acerca de la libertad y el poder de la música.

¿Por qué regresar a Lecumberri como escenario de "Sacúdete las penas"?

Lecumberri tiene una riqueza tremenda en cuanto a historias. Su recreación es fácil en tanto que existe mucha información al respecto. Tenemos el documental El Palacio Negro, de Arturo Ripstein, y el Diario de Lecumberri, de Álvaro Mutis. Quería contar la historia de un bailarín que va a prisión. Podía haber sucedido en los años cincuenta o en el siglo XXI, pero obtuve la respuesta mientras pensaba en el personaje escuchando a Bienvenido Granda. Además, la riqueza histórica de aquella prisión me permitía hacer guiños a gente como David Alfaro Siqueiros y así jugar con la verosimilitud.

Al haber tanta información sobre Lecumberri es fácil caer en errores de ambientación.

Encontrar la locación perfecta me evitó problemas. No quería usar una primaria o hacienda solo porque se parecían a la cárcel. Lecumberri se construyó en una estructura panóptica como sucedió también con las prisiones de San Luis Potosí y Guadalajara. La primera es hoy el Centro de las Artes y yo desconocía que en su interior había un espacio intacto. Al verlo, me trasladé a Lecumberri. El resto del trabajo consistió en ambientar los años cincuenta y setenta.

Aunque se toma ciertas licencias.

No es una película purista. Hay errores de vestuario, pero se deben a que no me llenaba el ojo mostrar el vestido clásico de los años cincuenta. No me ayudaba a representar la seducción o libertad en el baile.

¿Qué facilidades aporta usar un narrador para manejar las elipsis?

En el primer tratamiento de guión, la historia de Pepe Frituras se cuenta tal cual. Sin embargo, era muy importante darle realce al protagonista. Agregar una voz narrativa le da otra dimensión mítica al personaje.

¿La cárcel como metáfora de los muros personales no es un recurso muy visto?

Sí, pero creo que el baile y la música le dan otro toque. La música nos da un respiro para dejar volar la imaginación. No es común ver a presos bailando. Además, creo que el arte puede ayudar a cambiar la relación del ser humano con ciertos entornos hostiles.

En esta película la música del Instituto Mexicano del Sonido tiene un peso importante.

La música alimentó la narrativa. Cuando me acerqué a Camilo Lara conversamos sobre el género a usar. Me propuso hacer música de orquesta y me pareció bien siempre que tuviera el sello del IMS. Su trabajo incorpora elementos estéticos y nos permitimos la licencia de usar elementos contemporáneos para enriquecer la narrativa.

Entre tanto cambio y licencias temporales, ¿la película salió como se imaginaba?

Se fueron muchas escenas, pero esta es la historia de un cuate que lucha por contar una historia personal. Al final me quería ubicar en la frontera que separa al cine de arte del industrial.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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