Comunidad
  • Nueve exempleados la atacan con violencia digital: “ningún abogado hombre quiso defender mi dignidad”

Violencia digital, así fue como una publirrelacionista se enfrentó a los ataques y ciber-acoso | Portada

No es sólo la historia de una reconocida publirrelacionista. Es también la de miles de mujeres atacadas por una maquinaria de odio que mezcla IA, misoginia y violencia estructural.

DOMINGA.– Durante más de una década, el nombre de Alejandra Petatán fue sinónimo de prestigio en la industria gastronómica mexicana. Desde su agencia de relaciones públicas, Three Monkeys, impulsó a chefs, restaurantes y proyectos de ‘branding’ que marcaron tendencia en el país. Su estilo era discreto, lejos del ruido mediático. Y su mayor capital: la reputación.

Inició su carrera a los 22 años como una joven talento de México. Trabajó de cerca con hoteles de cinco estrellas, cerveceras y destilados de lujo. Era la artífice detrás de cientos de historias que aparecían en las revistas y eventos gastronómicos. Después cofundó su propia agencia. Hasta que, de un día para otro, todo se vino abajo.

No es sólo la historia de una reconocida publirrelacionista. Es también la de miles de mujeres atacadas por una maquinaria de odio que mezcla IA, misoginia.
Los ataques cibernéticos contra Alejandra afectaron la reputación e imagen | Ariel Ojeda

A la base de datos de sus clientes llegaron fotografías creadas con inteligencia artificial (IA) en las que aparecía desnuda y luego circularon en miles de correos electrónicos. Bastaron cinco envíos masivos a más de cuatro mil contactos –entre marzo de 2024 y julio de 2025– para fracturar su trayectoria.

No eran críticas profesionales: eran ofensivas contra su intimidad. Insultos, rumores, calumnias sexistas. Una maquinaria para arrasar con su dignidad: “Es tanta su inseguridad que se hace la mujer de gran mundo cuando no sabe comer, ni vestirse, ni hablar. Todo mundo diría que es una mal cogida”, decía uno de los mensajes difundidos tras el robo de su información.

De sus 23 clientes, apenas le quedaron seis. Con ellos también se le vino encima un vocabulario que nunca había tenido que pronunciar: “desamparo, fracaso, angustia, ansiedad, miedo, vergüenza, ira, agonía, desolación”. Así describe Petatán ese episodio, “terriblemente oscuro y agresivo”.


El primer golpe vino de donde menos lo esperaba. “El primer mensaje para despedirme no vino de un hombre, vino de una chef mujer, que además consideraba mi aliada. Teníamos la misma edad y nos entendíamos muy bien. El feminismo y la aparente sororidad que creía me unía con algunas de mis clientas no existió”, lamenta Petatán en entrevista con DOMINGA.

Después, como fichas de dominó, comenzaron las cancelaciones, las citas caídas, las llamadas sin respuesta, los mensajes en visto. “No sólo perdí a mis clientes, también el dinero que varios aún me debían y convenientemente no pagaron”, dice. Los ataques escalaron. La acusaron de fraude, adicciones, infidelidades y deudas millonarias.

No es sólo la historia de una reconocida publirrelacionista. Es también la de miles de mujeres atacadas por una maquinaria de odio que mezcla IA, misoginia.
En México, más de 18 millones de personas son víctimas de ciberacoso cada año | Especial

Fabricaron montajes con IA donde aparecía desnuda. En el lenguaje legal, pronto sabría que era víctima de violencia de género y violencia cibernética, robo de información empresarial, extorsión y violación a la privacidad. La señalaron de practicar santería contra colegas de la industria, con nombres y apellidos de supuestas víctimas de brujería. Todo con la sola intención de desacreditarla.

El caso de Alejandra Petatán no es aislado. En México, más de 18 millones de personas son cada año víctimas de ciberacoso, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía de 2024. Las mujeres encabezan la estadística: 22.1% frente a 19% de los hombres.

Ningún abogado hombre quiso tomar el caso de Alejandra Petatán

En cuestión de horas, los rumores alcanzaron a clientes, periodistas y amigos. La amenazaron por mensaje de texto con secuestrar y matar a su perrita, Gala. Y no se detuvieron ahí: crearon un perfil falso en una aplicación de intercambio sexual con sus datos personales.


“De repente, apareció un hombre enojado afuera de mi casa con la ‘app’ con la que hicieron ‘sexting’ a mi nombre. Me amenazó diciendo que venía a cumplir con el acuerdo que teníamos y que, si no lo hacía, iba a llamar a mi exesposo. Me mostró el número de mi ex y ahí sentí pavor, entendí que esto iba muy en serio”, relata.

Su mirada se enciende y se apaga mientras recuerda los últimos meses: una montaña rusa de desvelo, tratamientos para la caída de cabello por estrés, anemia, pérdida de peso, su sonrisa simplemente desapareció, afectación emocional, llanto incontrolable, ausencia en su vida pública y el miedo paralizante de salir de casa.

Es un fin de semana de agosto de 2025, Petatán me recibe en su departamento de la Ciudad de México. El espacio, sobrio pero revelador, deja claro que estoy frente a una mujer que ha hecho de la comunicación no sólo su profesión, sino también su forma de estar en el mundo. No fue un ataque profesional, asegura. Fue un ataque a su ser como mujer. Usaron su intimidad como un arma. “Me transformaron en un espectáculo de escarnio”.

No es sólo la historia de una reconocida publirrelacionista. Es también la de miles de mujeres atacadas por una maquinaria de odio que mezcla IA, misoginia.
En 2024 se registraron más de 108 millones de ciberataques, de acuerdo con información del Segundo Foro Nacional de Ciberseguridad AMCS 2025 | Especial

Cuando buscó ayuda legal, se reunió con seis abogados hombres que rechazaron su caso. “No es relevante”, le respondieron. Salía desanimada y frustrada de cada despacho legal. Fue hasta la séptima solicitud, y gracias a una mujer abogada –Gina Villafaña–, que pudo iniciar la batalla para frenar esta violencia digital.

La primera embestida ocurrió el 21 de marzo de 2024, recuerda, un día después de firmar un convenio con nueve exempleados tras los impagos derivados de una crisis financiera producida por la pandemia. Ese mismo día, un correo anónimo con el encabezado: “Todo se te regresará setenta veces siete”, comenzó a circular. En minutos, su nombre quedó manchado.

Lo que empezó como un conflicto laboral se transformó en una campaña sistemática de destrucción personal: ataques digitales, violencia de género, manipulación tecnológica y amenazas de muerte. No se trataba de resarcir una deuda, sino de aniquilar su prestigio y quebrar su vida privada.

En lugar de acudir a los tribunales, sus exempleados –seis mujeres y tres hombres– emprendieron una ofensiva digital para arrasar con su reputación.


Durante meses, Alejandra eligió el silencio. Se borró de las redes sociales: dejó de compartir sus logros profesionales y, mucho menos, escenas de su vida cotidiana. Paradójico: en un mundo donde el ‘lifestyle’ es lo que más se presume, ella, que antes lo hacía con naturalidad, optó por desaparecer. Ha pasado más de un año recluida en su casa con la esperanza de que el hostigamiento se diluya. Pero nada cambió.

“La gente ya no me ve igual. Pasé de ser una de las RPs más buscadas a dejar de ser tomada en cuenta”, asegura.

Pese a las denuncias, Petatán sigue siendo blanco de violencia digital

No es sólo la historia de una reconocida publirrelacionista. Es también la de miles de mujeres atacadas por una maquinaria de odio que mezcla IA, misoginia.
Entre marzo de 2014 y julio de 2015 comenzaron los envíos masivos en su contra | Ariel Ojeda


Casi un año después, decidió volver a mostrarse en público. Aprendió a leer las reacciones: los que la ignoran y evitan su mirada; los que la ven con compasión, como si fuera “un perrito desvalido”; y quienes la abrazan con afecto genuino.

Hoy, a más de un año de haber denunciado ante la Policía Cibernética –el 10 de abril de 2024– y ante el Ministerio Público –2 de mayo de 2024–, sin que la violencia haya cesado, Alejandra Petatán se armó de valor y grabó un video de casi seis minutos. En él, relató su caso y visibilizó una realidad urgente: cómo la violencia digital puede arrasar con la trayectoria, la identidad y la dignidad en cuestión de segundos.

“Soy Alejandra Petatán y soy víctima de violación a la privacidad, robo de información empresarial, extorsión, acoso, difamación, amenazas, violencia de género ejercida a través de herramientas digitales y violencia cibernética por la difusión de contenido sin mi consentimiento. No puedo ni quiero seguir viviendo desde un lugar de miedo, culpa o vergüenza por actos que no cometí”, dice frente a la cámara.

El video se difundió en sus redes sociales teniendo miles de ‘likes’.


Su historia no es sólo la de una RP reconocida en la gastronomía mexicana. Es también la de miles de mujeres que pagan un alto costo por el simple hecho de serlo: convertirse en blanco de una maquinaria de odio que combina tecnología, misoginia y violencia estructural. Lo peor es que, hasta hoy, ni la justicia ni las denuncias han logrado detener el acoso, siguen sin mostrar avance alguno. Sus agresores continúan actuando con total impunidad.

Su mejor capital, que es su reputación, todavía es blanco de violencia digital.


GSC/LHM


Google news logo
Síguenos en
Claudia Solera
  • Claudia Solera
  • Periodista de investigaciones especiales desde hace 16 años en medios nacionales e internacionales. Premio Roche 2020 de Periodismo en Salud. Periodista por la Universidad de los Andes de Colombia.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Dominga es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.  Más notas en: https://www.notivox.com.mx/dominga
Dominga es una marca de Milenio. Todos los derechos reservados.
Más notas en: https://www.notivox.com.mx/dominga