Reparten las primeras despensas a las personas desempleadas, con alguna discapacidad, enfermos y adultos mayores que habitan en Villa Cuauhtémoc en Altamira, apoyos que juntó la misma gente de este lugar.
Maria Oralia Gómez Pacheco, quien tiene un puesto de jugos en la entrada a esta comunidad, se dio a la tarea hace unos días de recibir los víveres, mismos que pudieron entregarse al sector vulnerable que hasta el momento carecía de ayuda.
El esfuerzo de "Yayita", como todos la conocen en Cuauhtémoc, ha rendido frutos, pues afirma que para ella ver la sonrisa de las familias que ha beneficiado con el apoyo de la ciudadanía en general es todo lo que puede pedir y agradeció a todos los que hicieron alguna aportación.
Al terminar su jornada de venta de jugos, hizo un recorrido casa por casa de aquellas personas enfermas, sin trabajo o con algún otro problema, para llevarles los productos que les facilitará sobresalir de esta contingencia, que aunque no es mucho, asegura que lo hace de corazón.
Al momento que entrega las despensas, al mismo tiempo levanta un censo para conocer la necesidad de los colonos, sobre todo de medicamento en personas de la tercera edad que carecen de recursos y en muchos casos se encuentran solos.

Yayita Gómez Pacheco compartió en su cuenta de Facebook la foto de las personas vulnerables con una descripción de lo que necesitan esperando que más gente se sume a la colecta de víveres y medicamento en Villa Cuauhtémoc, con ello atender a más familias. Su teléfono es (833) 255 13 03.
Al mismo tiempo, una joven madre de familia instaló un centro de acopio de víveres para apoyar a las familias de este lugar que no cuentan con recursos para adquirir alimentos por el cierre de negocios y las recomendaciones de no salir de casa por el covid-19.
Gómez Pacheco, también residente de este lugar, colocó una mesa afuera de su negocio desde que comenzó la contingencia para recepcionar las donaciones que serían entregadas después.
Fue precisamente cuando su hermano cayó enfermo de cáncer por segunda ocasión, cuando microempresaria se dio cuenta de lo difícil que es sobrevivir sin nada, comida, bebidas, medicamentos, pasajes y mucho menos poder hacer pagos.
La situación se han mantenido difícil, porque su hermano sigue en tratamiento y fue como le nació la idea de intentar ayudar a los demás en la medida de lo posible.
Y es de ahí que con una solidaridad y generosidad de quien no ha tenido nada, hoy llama a su comunidad para reunir más víveres y estar preparados para apoyar a quienes se ven afectados por esta crisis económica y de salud.
En sus redes sociales hace un llamado a las empresas, gobierno y población en general a que coadyuven con medicamentos que es parte de lo que más se requiere, puesto que al no haber trabajo no tienen recurso para adquirirlas los enfermos.
ICGC