Con la ocupación de las camas de hospital destinadas a pacientes covid-19 en franco incremento en Nuevo León, el trabajo que realiza el personal médico que atiende cara a cara a la pandemia toma cada día más valor y trascendencia.
Sandra Ramírez, quien labora en el área de hospitalización del nosocomio ubicado en Tierra y Libertad, y que se encarga de coordinar a un grupo de enfermeros y enfermeras, relata las dificultades a las que se enfrentan diariamente por el covid-19.
Reclutada por la Secretaría de la Defensa Nacional especialmente para enfrentar la pandemia, Sandra Ramírez tiene que lidiar con el temor que sienten el personal médico, puesto que los contagios y las muertes van en aumento.
“En el departamento, el área de hospitalización, estoy a cargo de 15 enfermeros, hace unos días estuvimos llenos, toda la capacidad de pacientes, veo el miedo de los compañeros, me toca ser un poco más serena, coordinarlos, hablar con mi personal y decirles que hay que seguir apoyando.
“Trabajamos a temperaturas climatizadas pero el calor es muy duro por las barreras, hay condiciones en las que estamos escurriendo en sudor ahí dentro, trabajamos a marchas forzadas, hay miedo, pero es nuestro deber”, cuenta.
Hace apenas unos días, las camas destinadas a pacientes leves de covid-19, es decir, que no necesitan intubación, estuvo llena por completo, mientras que actualmente solo tres camas con respiradores están ocupadas.
La médico general Mariana Aguilera Báez, quien dejó su consulta privada para apoyar en la contingencia y fue asignada en el Hospital Tierra y Libertad, señala los peligros que hay al trabajar en la contingencia pero también el orgullo que siente todo el personal médico.
“Es una experiencia nueva, definitivamente, la que estamos viviendo mis compañeros y yo, pero creo que estamos más unidos que nunca todo el equipo, tanto médico, enfermería, estamos muy orgullosos, aunque estemos ahí un poco en peligro”, dijo.