La lencería que ha lanzado a la venta E. L. James, creadora de la trilogía Cincuenta sombras de Grey, junto con la firma sueca KappAhl, parece estar inspirada en Lolita, de Navokov, y no en una serie de novelas que ha alborotado las hormonas femeninas a nivel mundial. Aquí recordamos novelas eróticas de primera línea y la ropita íntima (menos aburrida) que sus protagonistas usarían
Por Verónica Maza Bustamante
El Decamerón
Eros rige el mundo. Hombres y mujeres están destinados al amor y lo experimentan de manera corporal. La ropa ideal para sus seguidoras serían faldones que se puedan subir fácilmente, telas vaporosas, blusas escotadas de colores claros, flores en el cabello y calzonetas con agujero.
Teresa, filósofa
¿Se necesita algo más que un camisón blanco de manta para experimentar el deseo mientras nos fundimos en reflexiones filosóficas? ¿Es posible ligar ambos campos? Sí, se puede, parece decirnos el autor de esta obra, enmarcada dentro de lo que podría denominarse “novela pornográfica”.
Madame Bovary
GustaveFlaubert
Sombreros con listón, corsetes, enaguas con encaje como para que el amante se meta por debajo en plena fiesta y se ponga bien oral, son las prendas que integrarían la colección, inspirada en la mujer infiel más famosa del planeta. Nomás que, si la usan, que no haya final trágico, por favor.
La venus de las pieles
La más conocida de las novelas que forman parte de su saga El legado de Caín, se la dedicó el marqués al amor y, sin intuirlo, provocó que su nombre se uniera al de una de las prácticas eróticas más famosas: el masoquismo. La lencería tendría que ser de pieles (sintéticas, por favor) de leopardo, de colores contrastantes, pachonas, muy a la Brigitte Bardot con aires de Dita Von Teese.
Historia de O
Una colección inspirada en la bella O sería como el nuevo traje del rey: invisible. Porque en esos momentos en que la protagonista, a diferencia de Anastasia Steel, se dejaba poseer por completo, no necesitabanada más que su piel, su cabello y su sumisión.
La historia delojo
Si se basaran en la novela del francés, las braguitas podrían tener estampado un globo ocular. No me pregunten por qué. Mejor, si les pica la curiosidad, léanla.
Crash
La novela en la que se aborda la relación entre el deseo sexual y los coches, adaptada al cine en 1996 por David Cronenberg, vestiría a sus lectoras con prendas semejantes a las de la Kika de Almodóvar: metal, cuero, alambres y hasta bras hechos con llantas quemadas de autos chocados.
Hacia el Edén
Anne Rice
La historia de Lisa, el personaje central, desde su iniciación como sumisa hasta que se convierte en instructora de “esclavos” debería tener, en su colección de prendas íntimas, tangas con cola de caballo integrada, látigos que combinen con sostenes de piel, pulseras bellamente decoradas con cadenas y una serie de guantes de las mejores telas.