Sociedad

El ayate de Juan Diego: 490 años de fervor

Mañana se cumplen 490 años de que Juan Diego Cuauhtlatoatzin le ofreció al obispo Juan de Zumárraga la prueba de que la Virgen María se le aparecía: el indígena abrió su tilma, en la cual apareció la imagen, entre rosas

El 12 de diciembre de 1531, hace 490 años, un indígena chichimeca de 57 años, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, ofreció –de acuerdo con la tradición católica–, la prueba de que la Virgen de Guadalupe se le aparecía, en el Cerro del Tepeyac en lo que ahora es la Ciudad de México.

Juan Diego fue canonizado el 31 de julio de 2002 por el papa Juan Pablo II, pasando a ser el primer santo indígena de América: San Juan Diego.

En esta ocasión, el invitado al Archivo de un Reportero es Adolfo Orozco Torres, físico egresado de la Facultad de Ciencias de la UNAM e investigador de Geofísica desde 1970.

¿Por qué su interés en el ayate de Juan Diego?

Me ha llamado la atención el hecho de que hay ciertos objetos, como la Sábana Santa y el ayate de Juan Diego que han sido estudiados por la ciencia; –en el caso del ayate– (me interesa el) cómo se formó la imagen...

¿La tecnología del siglo 21 ha ayudado a aclarar sus dudas como católico?

Ha permitido irnos acercando cada vez más a conocer con más detalle la tela, la imagen, las características, incluso físicas en cierto modo, del mismo Juan Diego, y nos ha permitido ir conociendo mejor todo. Hay una serie de detalles alrededor del acontecimiento guadalupano,en general, y del ayate en particular.

El ayate era un tipo de manto largo que usaban los indígenas mexicanos. A veces era un manto tan largo que lo usaban para cubrirse cuando dormían al aire libre o para ir de compras. Era una tela de uso común, de uso diario que generalmente se hacía de tela de agave, de maguey.

¿Qué sabe usted sobre un incendio que estuvo a punto de destruir el ayate?

Se habla de un ácido o algo que sucedió en el año 1791, cuando un trabajador que estaba limpiando el marco de oro y plata con agua fuerte, un ácido muy fuerte para limpiar oro y plata, y accidentalmente lo derramó sobre la imagen. El ácido debió de haber destruido realmente el ayate, que es una tela burda y sin embargo, inexplicablemente, la mancha del ácido ha ido desapareciendo con el tiempo.

Otro hecho inexplicable es la bomba que se le puso en 1921 cuando se estaba iniciando la persecución religiosa: un obrero o una persona disfrazada de obrero colocó a los pies de la Virgen, en un ramo de flores, una bomba que hizo explosión y su onda expansiva quebró los vidrios de todas las casas alrededor de la Basílica y, sin embargo, como en el caso del ayate, ni siquiera rompió el vidrio que protegía la imagen.

Para usted como investigador, ¿qué fue lo que lo animó a estudiar y analizar el ayate de Juan Diego, su fe católica o su curiosidad científica?

Yo creo que fue una combinación de ambas: la fe es un don de Dios, pero una fe ilustrada es mejor que fe simple. Así entonces, yo creo que en el caso del ayate de Juan Diego se nos presenta una oportunidad a todos, para que cada quien se acerque al tema a través de la ciencia y de su fe.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de Notivox DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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