El espíritu navideño se hizo presente al interior del Penal del Topo Chico al mezclarse en el Teatro Sigma de ese lugar: internas, la mayoría de ellas con bebés en brazos, autoridades, la seguridad penitenciaria y Santa Claus.
Aunque la finalidad del evento era una entrega de regalos por parte de la presidenta del DIF Nuevo León, Adelina Dávalos de Rodríguez, para las cerca de las 100 reclusas que estaban en el lugar, esa tarde en el Sigma eran para envolverse en una alegría y felicidad conjuntas, y así fue.
Mientras un maestro de ceremonia daba la bienvenida a las personalidades, entre ellas el General Cuauhtémoc Antúnez Pérez, secretario de Seguridad Pública en el Estado, las mujeres ahí reunidas, las de uniforme naranja, sólo tenían ojos para sus inquietos bebés, manos para llenarlos de caricias, biberones para alimentarlos, y palabras de amor para dejar grabado el momento como uno inolvidable, aunque fuera dentro de prisión.
Vino entonces la fiesta, y las trece filas de las gradas del Sigma empezaron a vibrar, en la primera los invitados especiales, luego una oleada naranja, después la prensa, y al último, una tercia de hombres que viven sus días privados de la libertad por algún delito cometido, todos flanqueados a derecha e izquierda por los elementos de la Seguridad Penitenciaria.
Luego, el del micrófono anunció El Pavido Navido, de la cuarta fila se pararon tres parejas de internos, lucían orgullosos su vestuario folcklórico, se dirigieron al escenario del Sigma y bailaron, una sola pieza, cientos de aplausos.
Llegó el turno para el grupo de música, seis mujeres, con su carga naranja en las ropas pero con un gorrito de Santa que hacía la diferencia, con especial entusiasmo entonaron las canciones clásicas de la época, logrando al final, con Mi Burrito Sabanero, contagiar a todos los ahí reunidos en un solo entusiasmo, el de hacer realidad que son tiempos de amor y paz, sin importar tu pasado.
Siguió el tiempo para los discursos oficiales, después cerca de 15 funcionarios se colocaron en proscenio y la entrega de regalos arrancó, continuó y llegó a su fin, siendo la Primera Dama la que con sus propias manos entregó todos y cada uno de los presentes que consiguieron las voluntarias del DIF, a la vez que le dedicó tiempo a cada una de esas mujeres que pasan sus días tras las rejas.
La despedida fue rápida, una salida veloz, adiós protocolo; adentro del Sigma madres e hijos disfrutaban de sus regalos, afuera del Penal del Topo Chico daba inicio una rueda de prensa.
Para la señora Dávalos de Rodríguez la visita al lugar no sólo fue para entregar juguetes, pañales, colchas y demás, sino que sirvió para comprometerse con las reclusas y ante los medios, de conseguirles un pediatra de planta, a través de la Secretaría de Salud; de ver cómo proveerlas de empleo, situación que está en pláticas con el secretario Fernando Turner; un monitoreo constante a sus pequeños, por medio del DIF; apoyos varios como leche, medicamentos, y sobre todo, que al no provocarle ningún tipo de miedo estar en ese lugar, volvería al mismo cada año.
