Pobladores de Parácuaro denunciaron ataques con explosivos "hechizos" lanzados desde drones, los cuales causaron daños en techos de lámina en varias viviendas, sin que se tenga confirmado personas heridas a consecuencia de estos ataques.
La situación fue reportada inicialmente en redes sociales, lo que provocó una rápida movilización de elementos del Ejército Mexicano y de la Guardia Civil. La llegada de las fuerzas de seguridad disuadió a los agresores, quienes cesaron las agresiones y abandonaron la zona.
Las autoridades han intensificado la presencia y los patrullajes en la región con el objetivo de prevenir nuevos actos de violencia. Hasta el momento, no se han registrado heridos ni fallecidos derivados de los estallidos.
Fuentes castrenses indican que este tipo de agresiones forman parte de las disputas entre grupos del crimen organizado, quienes buscan expandir su control sobre el territorio. Estos ataques suelen estar dirigidos a inmuebles vinculados a sus rivales, como ocurrió el 31 de agosto en Cenobio Moreno, Apatzingán, donde un ataque similar contra un taller clandestino de explosivos dejó un saldo de siete personas fallecidas.
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