Para que las personas desahuciadas por alguna enfermedad tengan derecho a una muerte digna, el diputado local del Partido Revolucionario Institucional, Gabriel Tláloc Cantú, presentó algunas modificaciones constitucionales.
En el documento que entregó en la Oficialía de Partes del Congreso local, el legislador, quien además es presidente de la Comisión de Seguridad Pública planteó esta reforma al artículo 3 de la Constitución de Nuevo León, y consiste en que la persona pueda decidir si ya no desea vivir, en caso de tener una enfermedad terminal.
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"La iniciativa es para adicionar en el artículo tercero de la Constitución del Estado de Nuevo León, el derecho a la muerte digna, si ya está consagrado en los derechos de la Constitución la vida digna, también la muerte digna es un derecho que todo ser humano debemos de tener; se han presentado anteriormente intentos de tocar este tema, desde otro tipo de finales, pero no se puede trabajar realmente si no podemos primero acreditar lo que es la muerte digna.
"Las personas que padecen una enfermedad crónica degenerativa, llegan a una etapa de su vida donde sufren mucho, el dolor y sufrimiento de la persona es a veces abominable e intolerable", declaró.
Dijo que en México, salvo un decreto que presentó el presidente Enrique Peña Nieto en el 2013 y que luego con la Ley de Salud, se implementó y reconoció a nivel federal el derecho a la muerte digna, y Nuevo León sería el primer estado en poder reconocerlo como un derecho.
De ahí se podrían modificar la Ley de Salud y crear otros mecanismos con el Código Civil para que una persona pueda decidir qué hacer en esa etapa de su vida que es de desahucio o de enfermedad crónica.
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"No son ocurrencias, yo con mi familia, con mi padre, con mi suegra, vivimos situaciones muy parecidas y realmente fueron desenlaces muy crueles", expresó.
Según Tláloc Cantú, la vida y la muerte son las dos caras de la misma moneda, de tal manera que el derecho a vivir implica así también el derecho a bien morir, el derecho a morir con dignidad, el derecho a disponer de la propia vida.
Señaló que desafortunadamente en el mundo, se ha registrado un aumento en el número de casos de enfermedades crónico-degenerativas y México no es la excepción, ya que en las últimas dos décadas las estadísticas de mortalidad, denotan que las muertes que se registran al año, se debieron a dichas enfermedades que se caracterizan por ser incurables, progresivas, invalidantes e irremediablemente fatales, se encuentran intrínseca e inevitablemente ligadas con el dolor, el sufrimiento y el deterioro progresivo e irreversible de la calidad de vida de quien las padece.
Sin embargo no es únicamente el enfermo el que sufre los estragos de dichas enfermedades, familiares y personas que los rodean afectivamente, también sufren una alteración en sus vidas y de alguna manera comparten y les afecta ese sufrimiento y dolor.
FSAD