A don Luis H. Álvarez el panista Diego Fernández de Cevallos siempre lo vio hacia arriba. Lo vio así desde el día que lo conoció, a los 14 años, cuando caminaron juntos por las calles de San Juan del Río, Querétaro, invitando a la gente a que votaran por Álvarez para Presidente de México. Así lo sigue viendo, 58 años después.
"Para quienes conocimos a Luis H. Álvarez nos queda claro que fue un hombre íntegro y de esos hombres en la política no es fácil encontrar", dijo Fernández de Cevallos en entrevista con Milenio.
Fernández de Cevallos conoció a Luis H. Álvarez en la casa de sus papás en San Juan del Río en 1958. Diego, de 14 años, fue orador del entonces candidato del PAN a la Presidencia y caminó con él por Querétaro "convocando a la gente a que participara en democracia".
"Ahí lo conocí a él, a doña Blanca Magrassi, quien fue una gran mujer, una luchadora por las causas más nobles de México y ahí fue donde encontré esa maravilla de seres humanos", recuerda.
- ¿Fue para usted un mentor?
"Mucho más, fue un ejemplo, un guía, alguien a quien yo desde niño respeté, admiré, quise y he procurado seguir", dijo.
-¿Era su amigo?
"Hablar de amistad habría que imaginarse un tú a tú y yo siempre lo vi de abajo hacia arriba, yo lleve con él una gran amistad, y nos tuvimos un gran cariño, pero decirle que fui su amigo y él un amigo mío, sería tratar de igualarme a él y eso no lo puedo aceptar", dijo.
Para Fernández de Cevallos H. Álvarez fue un hombre de carácter fuerte, pero también un político "capaz de combatir la corrupción de un sistema dando la cara, pero también fue capaz de luchar y de lograr con los poderosos, siempre dando la cara, acuerdos que consideró buenos para México".
Dijo que era un hombre íntegro cuya principal característica fue su amor por México."(Fue) un hombre que amó a su patria, que amó profundamente a los indios de este país, no como sus falsos redentores que de ellos viven y a ellos los explotan, un hombre que de verdad fue a la tierra a buscar, a dar la cara, a dar la mano, a los más pobres de este país".
Fernández de Cevallos aseguró que no es posible entender la alternancia en el país y el PAN sin pensar en Luis H. Álvarez.
"Nunca tuvo él en primer lugar a su persona, sino sus ideales y su patria. Fue un hombre que no deja un hueco, sino grandes contenidos, y un limpio derrotero a seguir por quienes amen a México.
"El dolor de su muerte no es mayor que la alegría de saber que se extinguió una vida plena, que es referente obligado para mexicanos, hombre y mujeres, de buena voluntad", dijo.