Ciudad de México /
Aprovechar el centenario de la Revolución de octubre y el pasado centenario del inicio de la Primera Guerra Mundial nos dan la oportunidad de reflexionar sobre cómo la desigualdad puede engendrar violencia de diferentes maneras. No estamos tarde para aprender las lecciones que nos han dejado los últimos 150 años y hacer frente a uno de los problemas más grandes de nuestro tiempo: la creciente y peligrosa desigualdad.