Ciudad de México /
El proceso civilizatorio de los últimos 50 años tiene sólo un riesgo, uno solo, de tornarse súbitamente su contrario. Es el riesgo de una confrontación nuclear. Es el riesgo con que Trump juega en estos días en su batalla de amenazas contra Corea del Norte. Si sus amenazas tienen efecto, si el increíble dictador de Corea del Norte llega a convencerse de que efectivamente será, junto con su país, borrado del planeta, ¿qué incentivos tendría para no lanzar su propia bomba?