Ciudad de México /
La reacción popular contra el cambio disruptivo es inevitable, y a veces sirve de contrapeso a un liderazgo irreflexivo. La novedad hoy es la magnitud de la reacción en Europa y América del Norte, regiones que en opinión de muchos expertos y políticos experimentados se hallaban mejor preparadas que antes o que otras para hacer frente al cambio. A juzgar por la reacción de los electores en Gran Bretaña, Estados Unidos y México, ningún país está a salvo de los errores de sus líderes.