Ciudad de México /
El G20 se vuelve una vez más un foro clave para discutir una alternativa de gobernanza económica internacional que haga frente al panorama cada vez más complicado de la economía global, aunado a la insuficiencia de las políticas económicas nacionales convencionales –parte de la actual agenda de reformas estructurales– para afrontar los nuevos retos tras la recesión y a la falta de coordinación de las políticas nacionales tras lo logrado durante la recesión iniciada en 2008.