Ciudad de México /
No escribió nada sobre los más de 25 años siendo seropositivo, sobreviviendo con retrovirales, y tampoco mencionó nada sobre una extraña temblorina que yo le notaba últimamente, probablemente de Parkinson. Pero en síntesis, su mayor temor era acabar siendo un estorbo o un viejo inútil y eso lo escribió tal cual. Para Luis González de Alba era inaceptable. El deterioro de su salud avanzaba rápidamente y antes de que la vida también le arrebatara hasta la opción de decidir cómo morir, él le ganó.