Rusia impuso ayer a las empresas estadunidenses Google y Meta (casa matriz de Facebook) grandes multas, de 98 millones y 27 millones de dólares, respectivamente, por no haber eliminado contenidos “prohibidos”, una muestra más de la presión en aumento en este país sobre los gigantes digitales.
En un comunicado en su cuenta Telegram, el servicio de prensa de los tribunales de Moscú precisó que los gigantes californianos fueron hallados culpables de “reincidencia”, ya que no eliminaron de sus plataformas contenidos juzgados ilegales en Rusia.
El tribunal no detalló de qué contenidos se trataba.
El regulador de las telecomunicaciones ruso, Roskomnadzor, indicó que los contenidos prohibidos alimentan el “odio religioso”, brindan información “poco fiable” o peligrosa para los menores, o apoya a “organizaciones terroristas o extremistas”.
“Vamos a estudiar los documentos del tribunal para decidir las medidas a adoptar”, afirmó el servicio de prensa de Google (filial de Alphabet Inc.), sin añadir nada más.
Rusia sanciona habitualmente a las empresas digitales acusadas de no borrar contenidos que hacen apología de drogas, suicidio y relacionadas con la oposición política. Sin embargo, las multas contra Google y Meta son tan altas que no tienen precedentes.
Según Roskomnadzor, Facebook e Instagram (también propiedad de Meta) cuentan todavía con más de dos mil contenidos prohibidos en Rusia. Para Google, hay más de 2 mil 600.
Oposición, en la mira
En septiembre, poco antes de las elecciones legislativas, Moscú obligó a Apple y a Google a retirar de sus tiendas virtuales en Rusia la aplicación del opositor Alexéi Navalni, que se encuentra en prisión, por “injerencia electoral”.
Desde 2014, la ley auspiciada por el Kremlin obliga a las empresas de internet a almacenar los datos de los usuarios rusos en el país. Esta ley hizo que Facebook, Google, Telegram y WhatsApp tuvieran que pagar miles de dólares en multas.
En enero pasado, el presidente Vladímir Putin consideró que las grandes empresas de internet eran “de facto, competencia de los Estados” y denunció sus “intentos de controlar de forma brutal la sociedad”.
Alexander Khinshtein, jefe de la comisión de políticas de información de la Cámara baja del Parlamento ruso, dijo ayer que la enorme multa deberá enviar un claro mensaje a todos los gigantes tecnológicos.
El legislador añadió que la ley prevé otras formas de castigo contra esas empresas por no obedecer las órdenes de las cortes, incluyendo demorar el tráfico en internet o bloquearlo completamente para las compañías.
También contra Twitter
Las autoridades rusas han ralentizado la velocidad de Twitter desde marzo pasado como medida punitiva por no retirar contenido prohibido.
Twitter niega que haya permitido que su plataforma se utilice para promover comportamientos ilegales.
El lunes pasado, el regulador estatal de comunicaciones, Roskomnadzor, dijo que las ralentizaciones y los bloqueos del servicio se consideraban el último recurso para este delito.
Organismos no gubernamentales y opositores temen que el Kremlin busque crear una red nacional bajo su control, como pasa en China, algo que el gobierno ruso niega.
También están aumentando su presencia en las grandes empresas digitales rusas.
El grupo de tecnología VK, controlado por una filial del gigante de la energía Gazprom (y que creó la primera red social del país, llamada VKontakte), anunció a mediados de diciembre el nombramiento como director general de Vladímir Kirienko, hijo de un colaborador muy cercano al presidente ruso.