La iglesia se mantiene cerrada pero frente a ella la vida de la comunidad se agita en torno a un tianguis donde el olor a tacos dorados y la música de Tropicalísimo Apache y Chicos de Barrio está en el aire.
Allí las señoras con los pequeños recorren los puestos buscando ropa barata pero también pequeños lujos porque en la fayuca de San Juanito se venden incluso cámaras de videovigilancia a precios accesibles que quizá no impedirán el asalto pero al menos dejarán el registro de quienes aprovechan la noche para “aletear” el coche.
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Juan Carlos Reyes Esquivel tiene un pequeño negocio donde oferta bocinas, cargadores, herramientas pero también perfumes y juguetes. La mesa la colocó en la plaza principal de la colonia San Joaquín de Torreón.
“Nosotros iniciamos el negocio por medio de unos regalos que nos hizo mi papá, que nos regaló una bocinas, unos audífonos y unas cadenas, y como nos regaló bastantes cosas, has de cuenta que un día jugando dijimos nos vamos a la fayuca a venderlos, no teníamos nada qué hacer y total, que jugando y jugando se nos dio esto del negocio”.
Junto a su esposa y su pequeña Juan Carlos atiende a la clientela que lo mismo pregunta por una lámpara para acampar, que por un perfume con recipiente en forma de robot o de oso. Él atiende a los curiosos, clientes potenciales, con mucha amabilidad. Pero para llegar a este punto, la primera ganancia la tuvo que reinvertir.
Llevan dos años vendiendo en la fayuca
“Empezamos a comprar más cositas y ya después nos gustó porque nos distraíamos y empezamos a vender, y has de cuenta que nos empezamos a aclientar y ya, a la larga, se dieron los dos años y nos ha ido muy bien, gracias a dios”.
Este chico sabe que lo más vendido en las fayucas es la ropa pero no falta quien busque un cargador para el celular, herramienta. Y dice que es mejor comprarla en el barrio que agarrar un camión para ir al centro de la ciudad.
“Es mejor comprarla aquí mismo en los locales, una cosa que les falte ya no llegan hasta el centro y es como la gente que compra se ve beneficiada y nosotros también porque ahora hay mucha gente que no va porque también compra por internet. Nosotros trabajamos los jueves a partir de las siete de la mañana y los domingos estamos de cuatro y media a las diez de la noche”.
aarp
