Enedina Corona Santa Fe fue monja de votos temporales en la Congregación de las Religiosas Eudistas durante 10 años, de 1993 a 2003. Decidió ya no confirmar sus votos porque eran demasiadas las actividades las que tenía que cubrir, lo que la saturó y decidió decir adiós.
Tras cumplir un año sabático y disfrutar un viaje a Europa, recompensa de las madres de la congregación, se planteó: “¿Qué va a ser de mi vida? Y encontré a Alfredo (Martínez Vázquez)”.
Recuerda que todo inició con un follow a alguien que tenía sus mismos intereses.
“De repente me llegó un seguimiento por mail y dije, ‘pues, ¿por qué no?’ y lo encontré”.
Detalla que le llamó mucho la atención su foto, “muy casual, muy transparente, y nada más con él (tuve citas) y fue grata la experiencia, pero fue en un buscador de pareja católico”.
Menciona que tras trabajar durante medio año su noviazgo a distancia se conocieron en una estación del Metro en Ciudad de México en enero del 2011. “En Observatorio y sí, era el mismo. Fue un sábado y en junio me pidió que me casara con él y un año después nos casamos, en junio de 2012”.
Expresa que ha sido una experiencia “muy buena"." Es un cielo, así, así, así. Fue una decisión muy bonita y la clave es que es una experiencia nueva cada día. Así como decidimos ser como novios, ahora como casados, por todas las leyes. Nuestra ley es que él es él y yo soy libre. No nos atamos en el sentido material ni afectivo, bueno en el afectivo sí, pero con mucha libertad y mucho respeto”.
Se casaron a los 38 años de edad y estaban conscientes de su reloj biológico. Ella se sometió a una operación y aunque gestionaron una adopción, carecen de hijos. “Estábamos conscientes de eso”.
Por su parte, Alfredo asegura que vivir al lado de su mujer ha sido y es una gran bendición. “Especialmente por el trato de toda la familia de mi esposa, que ha sido muy bueno. Nuestro matrimonio ha sido como todos con sus altas y sus bajas, pero han sido más altas que bajas y nos sentimos a gusto, tenemos todo lo necesario para vivir y creo, estoy seguro, que fue la mejor decisión de mi vida”.
Rememora que cuando conoció a su mujer, él era diseñador editorial en el semanario Koinonía y antes laboró en el periódico de la Arquidiócesis de Puebla.
“Ya no recuerdo el nombre del buscador católico, creo que ya hasta desapareció. No recuerdo el nombre del buscador, pero era mexicano, eso sí. Conocí a mi esposa y a otras dos personas más, a una de Puebla y a otra de Chihuahua, de Parral, pero me convenció más mi esposa a pesar de que no es de Puebla. Nos comunicamos durante seis meses por teléfono, por correo electrónico, en aquel momento por mensajes normales del teléfono porque no había Whatsaap ni Messenger del Facebook y en enero del 2011 fue que nos conocimos en la vida real”.
Señala que decidió contactarla tras ver su perfil porque le pareció una persona abierta, confiable y amable. "Fue mi segundo noviazgo a distancia y dije, pues lo intento otra vez, a ver qué pasa con ella. Vamos a ver si todo lo que hay en su perfil sí realmente coincidía y sí ocurrió todo o casi todo lo que puso en sus datos personales. Fue todo claro, todo coincidente y en la primera cita nos hicimos novios”.
Para conmemorar el Día del Amor, este 14 de febrero, adelanta que no hay un plan concreto, pero sí hay un regalo para ella.
“Igual puedo llegar y nos vamos a cenar desde algo muy sencillo, unos tacos, o una buena cena. No sé, lo que nos apetezca o igual lo posponemos para el domingo o para el sábado. Tratamos y procuramos de no quedarnos con la fecha comercial del 14 de febrero, pero tratamos de honrar el 14 de febrero sino con detalles físicos, pero sí con otro tipo de detalles que nos motivan a cada uno de dar el sí, todos los días. Un sí te quiero, sí te amo, el sí de cada día”, concluye.
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