Catalogado como NGC5139, este cúmulo globular de estrellas fue descubierto en 1677 por Edmond Halley. Este cúmulo, más conocido como Omega Centauri, orbita nuestra galaxia a unos 18 mil 500 años luz de distancia y se estima que contiene 10 millones de estrellas de todas las edades. Su núcleo es tan denso que se cree, hay una separación entre las estrellas centrales de apenas 0.1 años luz, por lo que las fuerzas gravitacionales dentro del cúmulo deben ser tremendas.
Se piensa que en alguna época fue una galaxia enana que interactuó con la nuestra, quien fue absorbiendo el material estelar de aquella, es decir, nuestra galaxia le robó todo el material, dejando a su núcleo orbitando nuestra galaxia como una osa esperando a sus cachorros que ya nunca volverán.
Omega Centauri es un objeto tan grande y brillante, con una magnitud de +3.7, que en algún lugar muy obscuro puede verse a simple vista como una mancha nubosa viendo hacia el sur en la Constelación de Centauro y precisamente debajo de las constelaciones de El Cuervo e Hidra.
Por un tiempo se pensó que contenía un pequeño agujero negro, sin embargo, trabajos más recientes han desafiado estas conclusiones, pues en apariencia las mediciones de velocidades en las estrellas centrales no son tan violentas como se creyó en los primeros análisis.
Recomiendo verlo en un telescopio dobsoniano de más de 12 pulgadas, es una experiencia espectacular. Si no tuvieran la ocasión de un telescopio así, unos binoculares les hará igual de interesante la observación.
Durante los meses de marzo, abril y mayo se tienen las mejores fechas para observarlo desde nuestras norteñas latitudes.
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