Por más de 40 años, la discoteca Popular vendió discos LP y casetes en el número 1072 de la calle Guerrero, casi esquina con Reforma.
Sin embargo, recientemente se vio en la necesidad de cambiarse. La buena noticia para Gabino Hernández Cavazos, su propietario, es que encontró desocupado el local 1011 de la acera de enfrente para mantenerse a unos metros de la Calzada Madero.
La discoteca mantiene su catálogo de viniles en géneros como norteña, tropical, cumbia, bolero y ranchera. También hay una sección de música en inglés, además de casetes y discos compactos.
Ahí es posible encontrar LP de Óscar Chávez, Luis y Julián, Los Cougars, Pegasso o el Tropical Panamá. Del lado anglosajón, cuenta con material de Alan Parsons Proyect, Asia o Deep Purple, por citar solo algunos.
“Pues nomás me crucé la calle y me cambié para acá. Es todo lo que queda, poco a poco lo voy sacando”, explica Gabino Hernández, señalando los anaqueles donde reposan los viniles.
Al local poco a poco le ha ido haciendo mejoras. Acomodó los estantes y rotuló la fachada con anuncios sobre los productos que vende.
Una vida en la música
La colección de discos de don Gabino inició cuando era vendedor del sello DLV (Discos de Larga Vida), trabajo que lo llevó a viajar por todo México. Pero tras cuatro décadas, decidió independizarse y abrir su local en la calle Guerrero.
Poco a poco ha visto cómo las tiendas que vendían discos, en distintos formatos, han ido cerrando. A mediados de 2018 lo hizo el establecimiento Dis-Colín, que por 30 años se dedicó al negocio.
El reciente fallecimiento de Celso Piña, el Rebelde del Acordeón, no pasó desapercibido. Aunque en su colección no cuenta con sus discos, recuerda cómo la cumbia vallenata tuvo impulso en los años 80.
“Lo que fue Celso (Piña), la Tropa Colombiana o los Vallenatos de la Cumbia tuvieron su época y trabajaron bien. Pero a Celso le fue mejor porque salió del estado y le dio más impulso a la música”, relata.
El reciente impulso que ha tenido la música vinil ha despertado interés por las tiendas de música en Monterrey. Sin embargo, son pocos los establecimientos que se mantienen y con ventas que no terminan por ser significativas.