Con el paso de los años la celebración católica del 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, se fue desvirtuando de su origen bíblico y aunque actualmente se busca hacer bromas a las personas "aprovechándose de su inocencia", la iglesia católica lo reprueba, afirmó el párroco José Refugio Ochoa González.
El sacerdote de Gómez Palacio señaló que la idea de celebrar el Día de los Inocentes surge del texto evangélico en donde se narran las acciones de Herodes cuando mandó matar a niños inocentes al pensar que entre ellos estaba el niño Jesús.
“Con el paso del tiempo, la sociedad ha desvirtuado el mensaje y ha perdido totalmente la inocencia del evangelio que es la mirada pura y limpia de los niños, y nosotros lo tomamos por otro camino. La inocencia para el mundo de hoy es más de aprovecharte de las personas, hacerles bromas”.
Dijo que en este año que está por concluir, el mensaje es: “unirnos en la oración en Dios para pedir por todos los inocentes que todavía siguen muriendo”.
El padre pide a los creyentes tratar de regresar al origen de la fiesta del 28 de diciembre, pues dejó en claro que la Iglesia no promueve las bromas ni nada relacionado con hacer pasar malos ratos a las personas, sino al contrario promueve la oración por los inocentes que sufren.
"En este día se recuerdan a los inocentes que al ser víctimas del mal, para Dios son triunfadores"
Por su parte, Arturo Macías, vicario de la Diócesis de Gómez Palacio, dijo que el 28 de diciembre en el cristianismo se recuerda a los niños muertos a manos de Herodes, inocentes que al ser víctimas del mal y de la injusticia para Dios son triunfadores.
Indicó que los inocentes no solo son los niños, sino muchas de las personas que viven la candidez y bondad y que a pesar de ello, son víctimas de su inocencia.
Sgg.
