Desde pequeño, Alberto creció entre guitarras eléctricas y trompetas; su hogar vibraba con metal, música clásica, mariachi y blues, una mezcla que forjaría su identidad musical.
Primero destacó en la escena internacional del death metal con la banda DeSangre, pero fue con Athal, su proyecto más personal, donde encontró su verdadera voz, una fusión poderosa entre el metal progresivo y los sonidos vernáculos mexicanos.
Athal no solo se define por su propuesta musical, sino también por su estética.
Al igual que otros músicos del metal, ha encontrado en la máscara un símbolo de transformación y autenticidad. Pero más allá del personaje, hay talento, técnica y años de práctica.

"Siempre me gustó lo instrumental, pero antes sentía muchas limitantes técnicas para crear lo que imaginaba. Ya tenía algunas maquetas, pero un día decidí; puedo hacerlo", recuerda Carlos sobre la transición de DeSangre a Athal.
Con un EP titulado Orgullo de Sangre (2013) y un LP La razón por la que estamos aquí (2018), Athal prepara su segundo álbum de estudio, del cual lanzará al menos tres sencillos este año. La pandemia frenó el proceso, pero en 2025, el nuevo disco llegará con una propuesta más madura y colaborativa.

"Este segundo disco es más ambicioso. Ahora cuento con un equipo que apoya desde la música hasta la difusión. Entre ellos está Daniel, mi hermano y uno de los mejores bateristas del Estado de México, con gran formación en jazz", destaca.
La próxima presentación de Athal será el 24 de mayo en el foro Toro Music, en Toluca, y pronto llegará también a Ciudad de México.
Su objetivo, llevar esta mezcla única de metal y folclor más allá de las fronteras, sin perder de vista su compromiso con la calidad musical.
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