A 50 años de distancia, el Movimiento Estudiantil del 68 se rememoró en la Universidad de Guadalajara (UdeG). A una de sus sedes llegó Salvador Martínez Della Roca “El Pino”, para encontrarse con estudiantes de la Escuela Politécnica “Ing. Jorge Matute Remus” a quienes compartió su experiencia y visión sobre el legado de miles de jóvenes que participaron activamente en las protestas, muchos encarcelados o muertos.
“El Pino” sostuvo que el principal legado del movimiento, que tuvo como corolario la cruenta matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, son las libertades democráticas de las que hoy goza este país.
“Nos derrotaron militarmente, no políticamente. Nos derrotaron porque no ganamos ni un sólo punto del pliego petitorio. Los acontecimientos políticos se deben de analizar de dos maneras: uno, como coyuntura y otro, como proceso histórico. En el momento de la coyuntura nos dieron en la madre con el ejército, masacrando a la gente; pero como proceso histórico, el movimiento ha logrado, entre otras cosas, que hoy los jóvenes pueden gozar de libertades que antes no teníamos”, dijo el político y exlíder de dicho movimiento.
Martínez Della Roca enumeró como frutos del 60 el reconocimiento de derechos, desde el respeto a la diversidad sexual al voto libre y la existencia hoy de medios de comunicación plurales. La comunidad gay, ejemplificó, sufría de represión. “Eran asesinados y violados por el simple hecho de su preferencia sexual. Hoy, en contraste, organizan desfiles en la vía pública en los que pueden expresar libremente su orgullo, lo cual celebro”.
Si bien es una tarea aún inacabada. “El Pino” admitió alta mucho por hacer tanto en la agenda de libertades como en materia de desigualdad, pues en México más de la mitad de sus habitantes siguen en pobreza, recalcó en su conferencia “A 50 años del movimiento del 68. Qué ha pasado de 1968 a la fecha en el movimiento estudiantil”.
“Son derechos que son conquistas de ustedes, y de otros. Son conquistas sociales. Como la libertad de prensa, hoy los niveles de censura existen, pero qué diferencia a 1968. En ese tiempo la prensa desinformaba o distorsionaba la información. Era una cosa terrible orquestada desde el Zócalo”, añadió Della Roca, quien fue dirigente estudiantil de la UNAM en 1968 y estuvo preso en Lecumberri.
También habló de su enfrentamiento ideológico con los integrantes del Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO). “¿Qué es lo que desearía? Decía Lenin que los deseos no son argumentos políticos, pero qué desearía yo, que todo se hubiera resuelto con base en el diálogo”, apuntó. Un diálogo que se le vedó. “Si tú te agarras con putos que son irracionales y además les pagan, como el cuerpo de vigilancia de la UNAM, ¿Cómo va a ser uno pacífico?”, explicó a los jóvenes, lo mismo que sus motivos para abrazar el comunismo en su juventud. Y aseguró que el marxismo está más vigente que nunca para abatir la desigualdad.
Salvador Martínez hizo un reconocimiento de los movimientos sociales previos al de 1968, el de los ferrocarrileros, el de los médicos o la huelga de la Universidad de San Nicolás de Hidalgo, en Michoacán de 1966; así como el empuje de los estudiantes hasta nuestros días, como ha sido el reciente paro en la Universidad Nacional Autónoma de México, tras la invasión de porros y el ataque a un estudiante.
El ex líder estudiantil, quien fue diputado en la Ciudad de México dos ocasiones y secretario de Educación en la misma capital y en el estado de Guerrero, se pronunció porque se investiguen los hechos a fondo y se aclare quién financia a esos grupos subversivos que pretenden desestabilizar a la institución.
MC