Ciudad de México /
Rajoy ha elegido como medio un 155 que posiblemente requiera medios inaceptables desde el punto de vista ético, pero que revelan qué piensa: es mejor usar la coerción para defender la unidad de España que reunirse con quienes quieren romperla. Las consecuencias probables, por no escribir seguras, son la total deslegitimación del Estado en Cataluña y medidas coercitivas contra numerosos ciudadanos. Llegado el caso, Rajoy tratará de argumentar que la deriva autoritaria es responsabilidad de los independentistas, quienes subrayarán su renuncia a la violencia.