Ciudad de México /
Podría ser que la naturaleza sobrenatural de amantes que eran impensables por la amplia gama de autoras que va —con más que sólo siglos de diferencia— desde Austen y las hermanas Brontë hasta Corín Tellado y Danielle Steel ocasione una dinámica muy distinta en las relaciones de pareja humano-monstruo dado que, si uno se pone a pensarlo, el comportamiento amoroso de seres inmortales —como los vampiros—, no muertos —como los zombis— o incorpóreos —como los ángeles— tendría que diferir bastante de aquel que nosotros los mortales —o, si queremos ser más precisos, aquellos que son psicólogos evolutivos— podemos achacar en buena medida a la evolución por selección natural.