La industria eléctrica nació y creció bajo la premisa de que la electricidad se genera, se transmite y se distribuye al consumidor, sin que fuera necesario almacenarla. Al día de hoy, para abastecer de manera confiable a los usuarios, las plantas deben generar la cantidad adecuada de electricidad en el instante preciso, aunque esto implique encender centrales generadoras costosas y contaminantes durante los picos de demanda. La incorporación masiva de almacenamiento de bajo costo promete cambiar el paradigma actual de la industria eléctrica. Las nuevas tecnologías –como baterías de última generación– funcionarán como una esponja que absorbe energía excedente o de bajo costo en los horarios de menor demanda y que la devuelve a la red eléctrica en los momentos de mayor consumo.
JOS