"Diario rezamos el rosario y le pedimos a Dios porque aparezca mi papá. Es horrible llegar a la casa y no encontrarlo, es horrible”, expresó Lupita, una de las hijas de José Juan Lara González, policía municipal de Tonalá, quien fue visto por última vez el pasado 5 de marzo, cuando salió a las 6:20 horas rumbo a la corporación, pero nunca llegó.
“Yo le digo a Dios, te cambio mi vida por la de mi papá. Es que mi hermanito llora, es un grito muy desgarrador; ya está uno con la almohada, otro con la cobija, otro con sus tenis. Yo le digo Dios, por favor te cambio mi vida, él necesita a mi papá”, expresó.
A un mes de su desaparición, no hay rastro de José Juan, ni de la moto en la que viajaba cuando fue privado de su libertad.
En la Comisaría de Seguridad Pública ni siquiera han colocado su fotografía en el pizarrón de avisos que se encuentra en la entrada principal de la corporación. “A mí los del cuartel me dijeron que tenían que llevar una foto cuando el área de Recursos Humanos cuenta con varias”, expresó Susana, madre del oficial.
Entre sollozos, cuestionó el por qué nadie habla de la desaparición de su hijo. “¿Dónde está mi hijo? Mi hijo no era malo, debe la casa, el banco, pensiones. Mi hijo no era malo”, aseguró la señora.
Apuntó que la Fiscalía General del Estado de Jalisco no le ha informado los resultados del ADN que le practicó personal del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF).
El cuerpo que se analizó se parece “medianamente” al uniformado, de acuerdo con el fiscal Gerardo Octavio Solís Gómez; sin embargo para Susana, ese cadáver, no se parece a su hijo. “No, no es, porque no nada más le vi los pies... Allá vi todo, y dije que no era, ni su ropa que llevaba puesta, ni nada”, narró.
¿El rostro no lo pudo ver?, se le preguntó. “No, porque no tenía cabeza”. -¿Le dijo algo de eso la autoridad? “Sí, que no la hallaron, nada más estaba el puro cuerpo”, respondió.
Lo único que pide la madre del oficial es que personal de la Fiscalía Especializada en Personas Desaparecidas, lo siga buscando. “No voy a descansar hasta que halle a mi hijo; si yo me salí a buscarlo, pero me dijo el investigador que no me arriesgara”, comentó.
La Fiscalía, refirió, dice que la investigación avanza, pero “yo no veo nada. Ya es un mes”. En entrevista, confesó que nunca pensó vivir el dolor que viven miles de madres con hijos desaparecidos.
“Nunca, nunca. Yo veía casos que pasan y pasan, pero nunca pensé esto”. Hoy su hijo de 10 años es el que más llora su ausencia.
SRN
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