La Procuraduría General de Justicia de Nuevo León rescató a un niño de dos años y medio que el pasado domingo fue secuestrado en Obregón, Sonora, y con eso al mismo tiempo desintegró una banda de extorsionadores que operaba desde el penal de Matamoros, Tamaulipas.
Fueron los elementos del Grupo Antisecuestros de la Agencia Estatal, quienes localizaron al pequeño Zánder Alán, quien en las próximas horas será entregado a sus padres, quienes viajan desde su estado natal a Nuevo León para recuperarlo.
Una fuente allegada a las investigaciones del caso reveló que el menor estaba en manos de una mujer, originaria de Durango, a quien ubicaron en Monterrey en una farmacia cerca del albergue donde pretendía quedarse.
Aparentemente, la mujer, quien traía a uno de sus hijos, también era víctima de los presuntos delincuentes que la mantenían controlada bajo amenazas desde noviembre del año pasado, cuando la contactaron para obligarla a realizar diversos ilícitos.
Trascendió que de ese mes a la fecha, los extorsionadores obligaron a la mujer a cometer varios delitos en diversos estados como Guanajuato, Sinaloa y Sonora.
El último fue precisamente el domingo, cuando plagiaron al niño, cuya desaparición fue dada a conocer mediante la alerta Amber.
Para apoderarse del niño, los extorsionadores se comunicaron con su padre y le hicieron creer que una empleada de Telcel le iba a revisar el teléfono.
El hombre fue con su hijo al lugar donde lo citaron y supuestamente cumpliendo con las órdenes de los extorsionadores, la mujer envió al papá del niño a un mandado y aprovechó para desaparecerlo.
Viajó por varios estados y el martes en la noche llegó a Monterrey, donde fue ubicada.